FANTASÍA Y PLENITUD PICTÓRICA DE
DAVID MANZUR
FERNANDO UREÑA RIB
DAVID MANZUR
Contados pintores de nuestros días reúnen la imaginación creativa, precisión en el dibujo, la capacidad de observación y la destreza técnica de David Manzur. Únase a esto un tratamiento sensible y suculento del color, que no elude ninguna gama ni matiz, y un acervo cultural que no excluye tema alguno como extraño a su universo pictórico.
La obra de David Manzur se establece sobre sí misma y alza sus banderas, como si reclamara una narrativa o una poesía que le siguiera los pasos. Una poesía que nos guiara para distinguir entre su realidad y estos sueños, entre lo que es delirio y lo que es revelación.
Este juego psicológico de Manzur, esta aventura entre lo concreto y lo imaginario, esta doble percepción de los sentidos nos hace concluir que ellos, los órganos mismos de los sentidos, independientemente, tienen su propia capacidad de registrar, catalogar y asimilar los hechos de la realidad y los datos recibidos.
Así Manzur nos hace ver, no con los dos ojos, la misma escena, sino con cada uno a la vez y simultáneamente, imágenes distintas. Imágenes a veces repujadas, a veces talladas a golpe de cincel, trabajadas como si fueran hechas a golpes de buril. Pero no hay nada táctil. Las imágenes se descomponen y se recomponen como en un calidoscopio, no de la retina, sino de la remota e interior región de los sueños. Y es que Manzur pinta la piel y el alma de las cosas.
Esta doble visión es nueva en el arte de la pintura, aunque no en el cine o el video en que con medios mecánicos es posible lograr esta simultaneidad. Pero la superioridad de la obra de Manzur radica en que esta es una pintura hecha con las manos. Y esa magia, ese duende, no es posible alcanzarlo con ningún medio digital o mecánico. Él sumerge a uno en la exquisita verosimilitud de la imagen, y “nos engaña” transformándola como un prestidigitador, siempre con la gracia e ironía del maestro.
La pintura de David Manzur no carece de detalles virtuosos y esto, quizás ha hecho que algunos observadores y críticos pierdan su formidable visión de conjunto, su acabada maestría y sobre todo su inagotable potencial creativo.
FERNANDO UREÑA RIB
DAVID MANZUR nace en 1935 en Neira (Caldas) , Colombia. De padre libanés y madre colombiana, estudió con monjas francesas en África (Guinea ecuatorial, Camerún ) a los cuatro años de edad, luego de la guerra civil española estuvo interno en un colegio de España y a los 18 regresó a Colombia. Realizó estudios en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, en el Art Student´s League de Nueva York y en el Instituto Pratt de la misma ciudad. Conocido por sus monumentales murales de Bogotá, Calí y Miami. Vive y trabaja en Bogotá.
David de la Trinidad Manzur Londoño Estudió en la Escuela de Arte Claret en las Palmas, Islas Canarias, en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, en el Art Student´s League de Nueva York y en el Instituto Pratt de la misma ciudad.1 David Manzur es aun más conocido por sus monumentales murales de Bogotá, Cali y Miami. Vive y trabaja en Mosquera, Cundinamarca.
DECLARACIÓN DEL ARTISTA: “El poder de contacto del hombre está en la mano, en la pulsación de la línea. Algo que en la historia no se da muy a menudo y demuestra la grandeza y el poder de un genio que tiene el don del dibujo, teniendo en cuenta que el dibujo es la esencia del pensamiento de un artista, de ahí que si las pinturas (deLeonardo da Vinci) no fueron grandiosas, no significa nada porque al fin y al cabo la pintura tiene mucho recurso truculento. En cambio en el dibujo no hay truco, está el pensamiento, la máquina es la máquina, el dibujo de ingeniería es claro y el dibujo puramente artístico es claro, es de una sensibilidad que solamente un genio puede dar.”
“Mi mamá era una mujer que escribía versos y agudizaba mi sensibilidad con ese tipo de cosas” David Manzur
FUENTE: CIEN VOCES DE AMÉRICA, ENRIQUE CÓRDOBA