MITOLOGÍAS INDÍGENAS DE
JULIO SUSANA
FERNANDO UREÑA RIB
Para Julio Susana el acto de pintar es uno de comunión. El se acerca al lienzo con reverencia, con unción, como si al hacerlo se establecieran vínculos secretos con seres de un remoto pasado ancestral, de un olimpo nativo en el que en vez de Ninfas o Madonas descubrimos leyendas de jóvenes indígenas, atrapadas en otros actos que también son, en cierta medida, sagrados. Como el acto de cocer el alimento, o el instante del juego, o de la caza, o del reposo. Julio Susana reinventa un mundo al que solo llegamos a través de la imaginación. Un mundo bucólico e impregnado de ternuras y de afectos.
Además de pintor y escultor, Julio Susana es un profesor y promotor cultural. Pertenece a esa generación que nos legaran Virgilio Méndez, Silvano Lora, Eligio Pichardo, Enmanuel Bello Velardi y tantos otros que se formaron al amparo de Manolo Pascual y Vela Zanetti.
La obra de Julio Susana raras veces puede ser observada en su visión de conjunto. Pero cuando esto ocurre, verdaderamente nos acercamos a un paraíso que creíamos perdido.
Fernando Ureña Rib
JULIO SUSANA
Nació en La Vega Real, ciudad de la República Dominicana, el 27 de Julio de 1937, Ingresó en la Academia de Bellas Artes de Santo Domingo.
Como estudiante obtuvo dos premios en pintura y escultura, y posteriormente fue becado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid España. Al término de sus estudios presentó en Madrid una exposición con sus trabajos de pintura y escultura, con la cual obtuvo elogios de la crítica española. Durante vente años residió en las ciudades de Nueva York y Miami y retornó a Santo Domingo en 1999. Ha trabajado en la dirección del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos. Aparte de la escultura, la pintura y el mural, Julio Susana es un apasionado del canto y la guitarra.