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Artists

Fabio Fiallo

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

FABIO FIALLO

EN EL ROMANTICISMO ANTILLANO

FERNANDO UREÑA RIB

La sutil sensualidad en la poesía de Fabio Fiallo no es inferior a su complejo y hábil manejo de las formas poéticas.  Un  ritmo soterrado subyuga al lector y le conduce al expectante final que viene a ser como su lógica eclosión.  Nada queda en el aire. El poeta dominicano, sin rebuscamientos ni accesorios, nos lleva efectivamente a los parajes intimistas del sentir, de le gozosa experiencia del amor. Un aire de felicidad, o quizás de gratitud, sopla en sus versos:

Cuando esta frágil copa de mi vida

que de hermosuras rebosó el destino

Sin embargo, su vida no fue sólo hermosuras. La tribulación y la persecución, por sus ideas políticas, le hicieron abandonar el suelo patrio en más de una ocasión y en no pocas estuvo encarcelado, principalmente por su oposición a la intervención norteamericana de 1916.

Como ningún otro poeta, Fabio Fiallo nos acerca, con su visión poética, a la materialización del hecho romántico, al contacto con la piel de la mujer ansiada, a ese acercamiento trémulo y primero, a esa sensación dulce que provoca el deseo insatisfecho. Los olivos del triunfo y una frescura de juventud, sin olvidar ciertas malicias, coronan el espíritu de Fabio Fiallo

FERNANDO UREÑA RIB


POEMAS DE FABIO FIALLO

Gólgota Rosa
A Ana María Menocal

Del cuello de la amada pende un Cristo,
joyel en oro de un buril genial,
y parece este Cristo en su agonía
dichoso de la vida al expirar.

Tienen sus dulces ojos moribundos
tal expresión de gozo mundanal,
que a veces pienso si el genial artista
dióle a su Cristo alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación equívoca,
curiosidad astuta en el mirar,
y la intención del labio, si es de angustia,
al mismo tiempo es contracción sensual.

¡Oh, pequeño Jesús Crucificado!,
déjame a mí morir en tu lugar,
sobre la tentación de ese Calvario
hecho en las dos colinas de un rosal.

Dame tu puesto, o teme que mi mano
con impulso de arranque pasional,
la faz te vuelva contra el cielo y cambie
la oblicua dirección de tu mirar.

For Ever
A Juan T. Mejía y Porfirio Herrera

Cuando esta frágil copa de mi vida,
que de hermosuras rebosó el destino,
en la revuelta bacanal del mundo
ruede en pedazos, no lloréis, amigos.

Haced de un rincón del Cementerio,
sin cruz ni mármol, mi postrer asilo,
después, ¡oh! mis alegres camaradas,
seguid vuestro camino.

Allí, solo, mi amada misteriosa,
bajo el sudario inmenso del olvido,
¡cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo!

En el atrio

Deslumbradora de hermosura y gracia,
en el atrio del templo apareció,
y todos a su paso se inclinaron,
menos yo.

Como enjambre de alegres mariposas,
volaron los elogios en redor:
un homenaje le rindieron todos,
menos yo.

Y tranquilo después, indiferente,
a su morada cada cual volvió,
e indiferentes viven y tranquilos
¡ay! todos, menos yo.

FABIO FIALLO

 

 

Fabio Fiallo
(1866 – 1942

Muchas veces perseguido y atribulado por sus ideas y por la ferocidad política de la época, Fabio Fiallo, nació en Santo Domingo el 3 febrero de 1866 y murió en La Habana el 28 de agosto de 1942. Desde muy joven participó en la actividad política dominicana, y adoptó una postura combativa en momentos oscuros de la nación, como ocurrió durante la primera intervención norteamericana. Desempeñó varios cargos públicos, entre ellos: Procurador Fiscal del Tribunal de Primera Instancia de Santo Domingo, Subsecretario de Interior y Policía (1903), Comisionado Especial del Gobierno en Azua, Samaná y Barahona (1904), Cónsul en La Habana (1905), en New York (1905) y en Hamburgo (1910), Gobernador de Santo Domingo (1913) y Miembro de la Comisión de Pensiones (1932).

Desarrolló una intensa labor periodística. Fundó los periódicos El Hogar (1894), La Bandera Libre (1899), La Campaña (1905) y Las Noticias (1920) y colaboró con el Listín Diario y El Lápiz.

Fiallo – ‘el poeta del amor’ – no fue un poeta fecundo pero sí muy popular. Supo explotar felizmente la mentalidad típicamente romántica de sus admiradores, y captar y condensar los sentimientos en unas cuantas palabras. Los lances amorosos, la delicada atmósfera reproducida en sus poemitas, a la manera de Gustavo Adolfo Bécquer, fueron suficientes para cautivar a toda una generación.

Aunque escribió poesía patriótica y cuentos, siempre será conocido como el poeta que halaga a Eros sobre todo; “…un poeta de salón, capaz de ditirambos y de cortesanías, pero no un poeta nacido, como los dos altos líricos a quienes manifiestamente recuerda (Bécquer y Heine), para convertir el amor en la cifra de todos los sentimientos que se agitan en el reino de las almas.” [Balaguer, Literatura Dominicana].

La vida política de Fabio Fiallo fue casi la negación de su obra literaria. Fue perseguido y estuvo en prisión por defender la nacionalidad dominicana frente a las fuerzas de intervención durante la Primera Ocupación Norteamericana.

Fue perseguido y estuvo en prisión por defender nuestra nacionalidad frente a las fuerzas de intervención. Dirigió el seminario El Hogar. Con Tulio M. Cestero fundo, en 1905, La Campaña, y colaboro con el Listín Diario y otros periódicos. Es uno de nuestros poetas populares, tanto aquí como en el extranjero. Como prosista, es autor de dos importantes colecciones cuentos.

Murió en La Habana, Cuba, el 28 de agosto de 1942 y sepultado en Santiago de Cuba. En 1977, por orden del Gobierno Dominicano, sus restos fueron trasladados a Santo Domingo

Obras

Primera sentimental (1902), Cuentos frágiles (1908), Cantaba el ruiseñor (1910), Canciones de la tarde (1920), Plan de acción y liberación del pueblo dominicano (1922), Jurb (1922), La cita (1924), Canto a la bandera (1925), La canción de una vida (1925 y 1942), Las manzanas de Mefisto (1934), el balcón de Psiquis (1935), Poemas de la niña que esta en el cielo (1935), Sus mejores versos (1938), La canción de una vida (1992).

 

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Ls Escultura De Manolo Pascual

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

LA ESCULTURA DE

MANOLO PASCUAL

PEDRO RENÉ CONTIN AYBAR:

 

UN POCO DE ESCULTURA Y UN MUCHO DE MANOLO PASCUAL

calidad, supone, un artista seguro de arte y enamorado de su arte.

Como todavía es muy joven, sus condiciones, necesariamente

Manolo Pascual, el escultor español, premio de Roma, se encuentra entre nosotros. Es el mismo al cual celebró la critica francesa (Jean Cassou, Jean Camps) y quien inventó la escultura en estaño, directa, por medio de soldador.

Vino con sus ambiciones de arte, con su ansiedad de trabajo. Pocas palabras y mucho deseo de producir. De su labor anterior fecunda e intensa, no pudo traer consigo sino unas pocas fotografías, y la fuerza del arte tentándole las manos, bulléndole los ojos.

Un escultor trabaja con las materias nobles de donde el dios hizo los hombres, con las que los hombres se acercan a los dioses: Adán y Galatea. De lo inanimado saca un mundo nuevo, con fluencias semejantes a las de la propia vida. Talla la madera, esculpe la piedra, modela el barro. Sus manos fungen de viadoras y a través de ellas baja hasta lo inerte el que Prometeo robó a los inmortales.

Toda la multiforme expresión de asombros humanos ante lo creado mitologías, ensueños, intuiciones -, nos posee el espíritu frente a la obra de los escultores. Algo taumatúrgico, bíblico, misterioso, sacude el ánima y la exalta al contemplar el ritmo de los mundos inmateriales fluyendo del mármol, de la tierra, de los aserrados árboles. Y parece verdad el mito. Y la religión se transforma en conciencia. Y el alma deviene materia palpable.

Manolo Pascual tiene un mundo creado a golpes de cincel, a presión de ágiles dedos iluminados. Sus demuestran cómo él puede infiltrar su espíritu artista a lo aparentemente inmóvil muerto. Se piensa que las estatuas miran lo infinito. Pero a la infinitud que ha cambiado. Los procesos científicos evolucionaron. Una aspiración moderna destruye la tradición y fija la vivencia del átomo, electrón, insufla a la piedra actividades, bucea en las entrañas de la nada y pone a palpitar el universo, desde el ígneo resplandor de una catástrofe cósmica hasta su realización planetaria, hasta la superación de su evolucionante materia.

El espíritu reina. No viene a conquistar, invadiéndolos, reinos desconocidos, porque surge del seno de ellos, donde estuvo ignorado, esperante conservador. La fábula de Pygmalión adquiere novedad. O si se prefiere, se convierte en absurda: La invocación a lo divino no es ya necesaria, por que el artista mismo puede infiltrar movimiento a la relativa inanidad de lo inanimado. La continuidad de lo vital hace clímax. Y las estatuas andan, piensan, sufren, giran arrastradas por el ritmo universal. No se interdice el movimiento en sus moléculas. No hay negaciones de verdad en sus líneas. Y su cuenca en reposo no está más vuelta contra una eternidad silenciosa. Voces y armonías agitan el seno insondable. Los hombres al fijar sus emociones, no rompen con la continuidad creadora.

¡ Que emoción nuestro pensamiento, y como aflora la piel donde la sangre bate aceleradamente! ¡Que hondo terror sagrado! De repente ante la potencia del fuego, comparacemos, desnudos y miserables, esperanzados e ignorantes, sorprendidos y creadores. Un pensamiento voraz, casi tan viejo como el mundo, descontrasta con lo que el ojo ve, con lo que la inteligencia nuda presiente.

Esto, después de haberlo visto trabajar, nace en uno junto a la obra de Manolo Pascual. La llama de su espíritu se trasmuta a lo inamovible y lo inerte sacude su molicie y cobra excelencias y sonoridades de lo consciente.

Las características de su arte son fuerza y movimiento. Sus esculturas a pesar de lo modernas que son, tiene esa majestad y belleza de la gran escultura antigua, pudiendo asegurarse que junto a la expresión propia del artista, español y joven, conllevan el ritmo y la gracia de lo neoclásico. Hay una relación directa entre su creacionismo y la seguridad de la estatuapiración. Hasta en él retrato de él mismo artista, él mismo creador. No hace concesiones y respeta la gran belleza que es forma de perfección.

Hace talla directa en madera y en piedra, y modela maravillosamente, el barro. Asegura, que el barro cocido le apasiona. Su labor, ahora dispersa, España, Italia , Argentina, Francia, quizás, perdida en parte, por lo numerosa y por la

e están en aumento, lo cual permite esperar una superación de su obra, digna ya de todo elogio. A nosotros puede correspondernos esa gloria.

 

PEDRO RENÉ CONTÍN AYBAR

KIRBY ROGERE

UN NUEVO LIBRO PARA LA HISTORIA DEL ARTE

VIDA Y OBRA DEL ESCULTOR MANOLO PASCUAL

 

Fernando Ureña Rib

 

 

Acaba de ser publicado en Estados Unidos el libro “Un escultor en el exilio, vida y obra de Manolo Pascual.” La publicación en inglés es una recopilación de textos críticos, anécdotas y fotografías sobre el fundador de nuestra Escuela Nacional de Bellas Artes. Durante la guerra civil española un grupo de artistas e intelectuales tuvo que huír de su país y trabajar expatriados en diversas naciones de América. Su hija Ariadna Pascual Wright (1933-) y quien escribe estas líneas, ofrecen un relato de primera mano sobre la obra creativa y las vicisitudes del gran escultor exiliado. 

 

Los sucesos en la vida de Manolo Pascual bien podrían servir para una novela o un film. Antes de la guerra fue un artista exitoso y ganador de reconocimientos de importancia, tal como el Premio de Roma. En aquella antigua ciudad llegó a establecer amistad con el renombrado escritor español don Ramón de Valle Inclán. A su regreso a España (1936) se enrola en el ejercito de los republicanos, hasta que en 1939 se ve obligado a salir de incógnito hacia Francia y luego al exilio en República Dominicana. 

 

Una vez en la isla, el dictador Rafael Leonidas Trujillo recibe del intelectual y visionario Dr. Rafael Díaz Niese, las buenas luces de invitar a Manolo Pascual a formar la Escuela Nacional de Bellas Artes. Esto ocurre en 1942 y bajo la guía de ese maestro se forman algunas de las personalidades más relevantes del arte dominicano del siglo XX. Domingo Liz, Gaspar Mario Cruz, Gilberto Hernández Ortega, Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló, Clara Ledesma, Oscar de la Renta y Luís Martínez Richiez, entre otros, beben de las fuentes creativas del maestro. 

 

En el ínterin, su hija Ariadna había sido enviada a un exilio mucho menos cálido. Como la madre de Ariadne había muerto en París en 1940 ella, junto a miles de niños españoles dados por huérfanos, es llevada a Rusia, donde transcurren sus años formativos. En Ciudad Trujillo, el inquieto escultor busca la manera de recuperar a su hija y finalmente lo consigue en 1947. 

 

Gracias a las admirables fotografías conservadas por Ariadne, este libro está impregnado del ambiente de la época. Contiene sesudos e inspirados artículos sobre la obra del escultor, escritos por figuras de la talla de Fraiz Grijalba, Eugenio Fernández Granell, Manuel Valldeperez, Robert Myron y Pedro René Contín Aybar, entre otros. El prólogo pertenece a la firma de Miguel D. Mena. 

 

El libro, que es una importante fuente de referencias, se puede conseguir a través de la Internet, en Amazon por el número de ISBN 978-0-615-50761-6 o bajo el título A Spanish sculptor in exile. The art and life of Manolo Pascual, edited by Ariadne Pascual Wright and Fernando Ureña Rib.

 

Vida y obra de Manolo Pascual

 

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Mariano Eckert

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

MARIANO ECKERT

UN PINTOR DOMINICANO EN WASHINGTON

FERNANDO UREÑA RIB

Mariano Eckert , nacido en 1920, es un pintor dominicano que reside desde hace muchos años en Washington y que cada año regresa a su país, la Republica Dominicana para presentar a sus numerosos seguidores lo mas reciente de su quehacer pictórico.

Y ese quehacer tiene como foco de atención fundamental el testimonio que la luz deja a su paso sobre los mas diversos objetos. En Mariano Eckert la luz es la protagonista y con ella logra, con envidiable habilidad e ingenio, oquedades, trasparencias y volúmenes. Estamos frente a un maestro de las técnicas del claro-oscuro, frente a una mirada aguda e incisiva del mundo y de las cosas.  

A  los que opinan ligeramente que las pinturas de Mariano Eckert son un simple artificio y un mero virtuosismo pictórico, es preciso hacerles notar que sus obras originan numerosas discusiones filosóficas sobre la percepción, sobre la ausencia y la presencia de la cosa y sobre las limitaciones del lenguaje. Sin dudas, las obras de Mariano Eckert  provocan  simultáneamente, tanto al intelecto como a los sentidos.

 

FERNANDO UREÑA RIB

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Manolo Pascual

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

MANOLO PASCUAL

Y LOS ORDENADORES

Fernando Ureña Rib

 

UN NUEVO LIBRO PARA LA HISTORIA DEL ARTE

VIDA Y OBRA DEL ESCULTOR MANOLO PASCUAL

 

Fernando Ureña Rib

 

 

Acaba de ser publicado en Estados Unidos el libro “Un escultor en el exilio, vida y obra de Manolo Pascual.” La publicación en inglés es una recopilación de textos críticos, anécdotas y fotografías sobre el fundador de nuestra Escuela Nacional de Bellas Artes. Durante la guerra civil española un grupo de artistas e intelectuales tuvo que huir de su país y trabajar expatriados en diversas naciones de América. Su hija Ariadna Pascual Wright (1933-) y quien escribe estas líneas, ofrecen un relato de primera mano sobre la obra creativa y las vicisitudes del gran escultor exiliado. 

 

Los sucesos en la vida de Manolo Pascual bien podrían servir para una novela o un film. Antes de la guerra fue un artista exitoso y ganador de reconocimientos de importancia, tal como el Premio de Roma. En aquella antigua ciudad llegó a establecer amistad con el renombrado escritor español don Ramón de Valle Inclán. A su regreso a España (1936) se enrola en el ejercito de los republicanos, hasta que en 1939 se ve obligado a salir de incógnito hacia Francia y luego al exilio en República Dominicana. 

 

Una vez en la isla, el dictador Rafael Leonidas Trujillo recibe del intelectual y visionario Dr. Rafael Díaz Niese, las buenas luces de invitar a Manolo Pascual a formar la Escuela Nacional de Bellas Artes. Esto ocurre en 1942 y bajo la guía de ese maestro se forman algunas de las personalidades más relevantes del arte dominicano del siglo XX. Domingo Liz, Gaspar Mario Cruz, Gilberto Hernández Ortega, Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló, Clara Ledesma, Oscar de la Renta y Luís Martínez Richiez, entre otros, beben de las fuentes creativas del maestro. 

 

En el ínterin, su hija Ariadna había sido enviada a un exilio mucho menos cálido. Como la madre de Ariadne había muerto en París en 1940 ella, junto a miles de niños españoles dados por huérfanos, es llevada a Rusia, donde transcurren sus años formativos. En Ciudad Trujillo, el inquieto escultor busca la manera de recuperar a su hija y finalmente lo consigue en 1947. 

 

Gracias a las admirables fotografías conservadas por Ariadne, este libro está impregnado del ambiente de la época. Contiene sesudos e inspirados artículos sobre la obra del escultor, escritos por figuras de la talla de Fraiz Grijalba, Eugenio Fernández Granell, Manuel Valldeperez, Robert Myron y Pedro René Contín Aybar, entre otros. El prólogo pertenece a la firma de Miguel D. Mena. 

 

El libro, que es una importante fuente de referencias, se puede conseguir a través de la Internet, en Amazon por el número de ISBN 978-0-615-50761-6 o bajo el título A Spanish sculptor in exile. The art and life of Manolo Pascual, edited by Ariadne Pascual Wright and Fernando Ureña Rib.http://www.amazon.com/Spanish-Sculptor-Exile-Manolo-Pascual/dp/0615507611

 

Una experiencia reciente, relacionada con Manolo Pascual y la red cibernética, ha sido tan remuneradora y misteriosa, que merece ser compartida con todos aquellos que se interesan por el arte y las cosas que ocurren en ese otro mundo, paralelo y virtual, del Internet, con su insondable maraña de laberintos. La historia es verídica.

Mis lectores no ignoran quién fue Manolo Pascual. Lo recuerdan como uno de aquellos artistas que escapó de las atrocidades del Generalísimo Francisco Franco. Saben que algunas de sus esculturas y bocetos se muestran aquí en el Museo Bellapart y en el Museo de Arte Moderno. Y que fue él uno de los fundadores de la Escuela Nacional de Bellas Artes en los albores de la década de los cuarenta. Así que muchos no han olvidado cómo él llegó a Santo Domingo, junto a un grupo de notables músicos e intelectuales y en medio del estupor de la guerra civil e ideológica que desgarró a España de 1936 a 1939.

Pero lo que quizás ignoren o hayan olvidado es que nuestro escultor tenía una hija. Que la hija, fue el producto de su breve matrimonio con una joven judía a quien había él había conocido mucho antes, en París, a principios de los años treinta. Aquella niña fue separada de sus padres a la tierna edad de cinco años y fue a parar a Rusia como parte de un grupo de niños españoles refugiados de la guerra. Durante nueve años vivió la niña en Rusia, alejada de los suyos. La madre murió sola en París, en 1940, como consecuencia del holocausto y del exterminio Nazi ejecutado contra los judíos.

Por más de cinco décadas, el angustioso dolor de aquella madre continuó palpitando en el pecho de su única hermana sobreviviente, llamada Else Englen, quien luego se radicó en Suecia y dedicó gran parte de su vida a buscar a aquella niña abandonada en los campos de refugiados en Rusia. ¿Pero cómo encontrarla? ¿Dónde? ¿Bajo qué nombre? A no ser por una serie de coincidencias y las virtudes del Internet aquel dolor habría podido bajar con ella a la tumba.

Usted no tiene que ser detective para intuir que el único indicio válido para encontrar la sobrina perdida era la referencia del padre escultor. Así que la tía Else se empeñó en seguir su rastro. Escribió cartas a la Academia de Roma, donde nuestro escultor había ganado premios de escultura en el 1936, indagó en ciertas municipalidades de París, hurgó en los archivos de distintos gobiernos y nada. Con el correr de los años aparece el Internet y el correo electrónico y la tía Else pone manos a la obra y utiliza sus recursos de búsqueda con profusión.

Sin embargo, para el tiempo en que el Internet alcanza un gran desarrollo, el escultor Manolo Pascual había muerto. Él había vivido sus últimos años en Nueva York, adonde había huido a finales de los años cincuenta. Manolo había sido víctima de las presiones que le había impuesto el mismo Trujillo. Resulta que Ariadne (que así se llama la hija de Pascual) vino al país a los trece años y empezó a estudiar en el Colegio Santo Domingo. La presencia de una niña “rusa” hija de un escultor español republicano causa revuelo y a él se le acusa de comunista. Así que se trasladan. Al llegar a la Gran Manzana, Manolo empieza a enseñar escultura en la New School for Social Research y entre sus alumnos está la hoy famosa escultora Josephine Hurst, quien le menciona como su maestro en las páginas del Internet.

Un día, mientras hago en el Internet un estudio sobre la obra de Manolo Pascual, caigo en las páginas de Josephine Hurst y le escribo. Ella me dice que había alguien desde Suecia haciendo indagaciones sobre la hija del fenecido maestro y me comunica con ella por correo electrónico. Era la tía Else. Ella barajaba una serie de nombres errados. Imposible encontrarla de esa manera. Gracias al crítico e historiador José Saldaña y a una entrevista publicada por doña María Ugarte pudimos dar con la clave. Utilizando un buscador hallé el nombre y la dirección exactas de la hija de Manolo Pascual. La llamo. Le digo que su tía Else, cuya existencia ella ignoraba, la estaba buscando minuciosamente desde hacía años.

El feliz encuentro familiar no tardó en producirse. Ariadne Palmer Wright, sus siete hijos y sus ocho nietos se reunieron con Else en Austin, Texas poco antes de la Navidad. En la sinagoga, el Rabí dijo un Kaddish por la madre ausente y por las víctimas de Auschwitz. Gracias a esta proeza de los ordenadores se aligeró un gran peso de los hombros de Else y compartimos hoy su felicidad y su alivio con la hija de Manolo Pascual, ese gran escultor nuestro.

FERNANDO UREÑA RIB

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Abelardo Vicioso

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

ABELARDO VICIOSO

POETA DOMINICANO DE LA GENERACIÓN DEL 48

Adiós al poeta y educador Abelardo Vicioso


EL miércoles 14 de enero del 2004 fueron sepultados en Santo Domingo los restos del poeta y abogado Abelardo Vicioso González, fallecido a los 74 años de edad a consecuencia de problemas cardiorrespiratorios.

La muerte le sorprendió cuando escribía los capítulos finales de una novela que llevaría por título Memorias del Teniente Veneno, de corte autobiográfico.

Desde muy joven desarrolló talento y dedicación por la literatura. Fue autor del poema Yanqui, vuelve a tu casa, circulado por la resistencia durante la Guerra de Abril de 1965, y que luego se convirtió en una especie de himno de los jóvenes revolucionarios. Tuvo una amplia producción literaria iniciada en 1958 con su libro de poesía La lumbre sacudida, y Cantos latinoamericanos, dado a la luz pública dos años después. Siempre se mostró solidario con la Revolución cubana.

Sepelio
Luis Beiro
Santo Domingo

Con la muerte de Abelardo Vicioso el país pierde una parte importante de su rostro. Esa que siempre se adelantaba al sol con bondad y hermosura. Esa que siempre se abría como mano solidaria a la misma entraña de la palabra dulce y bien escrita con la que legó a la posteridad algunas páginas que no podrán morir.


Abelardo Vicioso fue un mito que desde su temprana juventud decidió dedicar su vida -al igual que sus compañeros de la Generación del 48- a construir una República Dominicana mejor. Se graduó de abogado en la Universidad de Santo Domingo, y ejerció la profesión como hombre de bien.


Paralelamente a esa labor escribía poemas (sociales e intimistas) y libros de ensayos que evidenciaron su lucidez intelectual. También ejerció la docencia universitaria con altura y sapiencia.


Como hombre de su tiempo siempre enrumbó sus pasos hacia las conquistas sociales. Desde las filas políticas (PSP, PLD y ADP) fue un disciplinado soldado de vanguardia que puso siempre el interés colectivo por encima de los individuales. El Gobierno dominicano le otorgó mediante decreto 258-97 del Poder Ejecutivo, la orden de Sánchez Duarte y Mella en el grado de comendador.

Distinciones

El Consejo Universitario de la UASD le otorgó una placa de reconocimiento como integrante destacado de la Generación del 48.
La Universidad de La Habana le otorgó el título de ‘‘Doctor Honoris Causa’’ en letras. Por su labor como Presidente del Comité Dominicano de Amigos de Cuba, el Consejo de Estado de aquella isla le otorgó la Medalla de la Amistad.
Un grupo de familiales y amigos, encabezados por sus hijos Cynthiia Leonor y Carlos, de sus hermanas Ligia y Maritza lo acompañaron en la tarde de ayer hasta el cementerio de la Avenidad Máximo Gómez, donde descansarán sus restos.


El dirigente político Max Puig, en un hermoso panegírico, junto a su extraordinaria trayectoria humana y revolucionaria, recordó algunos de sus versos que lo definieron como un poeta social de trascedencia.

 

SELECCIÓN DE POEMAS

REPUDIO DE LA SOLEDAD

Si me sumerjo en las aguas oceánicas que rodean la isla
en cuyo polvo floto como un cadáver,
si este domingo lo comparto con alegres muchachas de barrio
y en su simplicidad resbala mi habitual melancolía,
si busco el aire nuevo de los alrededores de la ciudad
y lo empapo de tibios alcoholes y guitarras,
no procuro otra cosa que la alegría,
cuando ésta se ha perdido entre los días de la soledad.

Yo soy toda la alegría posible si me distribuyo
en el pueblo, en sus abigarradas casa,
en su perenne luto por el arroz y el pan
y por el viento que sople sus derruidas almas
hacia un fecundo abrazo con mi palabra limpia y terrenal.

Cada uno de mis pasos por la ciudad es una campanada silencios,
una sonrisa volcada en la esperanza,
Veo a la gente ir y venir en su trabajo
o en su holgazanería conquistada a la muerte,
sin que me sea permitido llamarles por su nombre,
sin que mi corazón se pueda desgranar en las ardientes calles.
¿Dónde podrá esconderse la alegría que no la alcancen mis palabras
cuando en mí esté presente la diminuta respiración de cada hombre
y mi canto sea la voz de su corazón esperanzado?

 

CANTO AL FONDO DEL MAR

Mar a donde no llegan gruesas lluvias amargas.
Mar sin olas, sin playas ni veleros distantes.
Mas debajo del ruido. Mar en profundidades.
Donde no viven sombras, porque allí todo es sombra
salvo la sombra verde de mi canto.
Mar encontrado al fondo de mi sueño.
Fondo triste del mar con ternura anhelando.
Mar distanto del polvo y de los trasatlánticos.
Enemigo del cielo y aún del hombre enemigo.
Mar para sonreír sin que se muere nadie.
Mar sin islas que lloren por una voz ausente.
Mar sin fusiles. Mar sin soledades.
Sin espigas de arroz ni voluntades tristes
ni tristes niños ni perennes lazos.
Mar al fondo del mar y de mi sangre.
Principio del vivir, descamisado;

desvestido de todo lo superfluo,
de mis uñas, corbatas y arrabales.
Mar hecho a la medida de mi alma.
Mar confidencia de los peces sabios
donde habita mi amor enardecido.
Mar sin piratas. Sin esos fabulosos capitales.
Ajeno de la furia de moscas y de aviones.
Como un perro veloz que corre por mis venas
y ladra y ladra y ladra de entusiasmo.

 

MÁS CERCA DE LA TIERRA

Yo traigo una palabra y una muerte dormida en la palabra,
traigo un día confuso entre los dedos y unos dedos antiguos,
pero este día comienza a perecer una vez que ha nacido.

¿De dónde diablos llega la ternura de esta voz primitiva
al levantar pirámides inmensas a la llama que enciende
la contienda entre el hombre cautivado y la sombra del viento,
a poner una mano poderosa a la altura del pecho
y a rasgar el vestido de los ángeles que torturan la vida?

¿De dónde amor, de dónde llegas en esta hora que me duele
a desprender el dedo índice de los labios sedientos,
irrumpiendo también por cada vello en deslumbrante cascada
capaz de ahogar la rosa más alta y el más alto gemido,
para que toda la tierra se ponga a renacer en salud y hermosura?

Nadie sin una herida puede decir ahora: estoy presente,
cuando la tierra clama con ternura por sus hijos amados.
La muerte que yo traigo nunca la proporcionan las espadas,
sino el tímpano roto de un caballo que llora en rebeldía:
la muerte que yo traigo es la pureza y el esplendor de la vida.

¿Puedo decir acaso, con certeza, que la herida que ofrezco viene del mundo abrazo
de mil cuerpos que se legan el sueño,
del sedimento amargo que acumulan los vientos clandestinos,
del polvo que se muere en los caminos de vejez o de frío?

¡Si fuera suficiente derrotar al olvido en una noche
y saber de qué estrella viene mi piel a contener el mundo!
Los ojos se sumergen en una luz pequeña y quedan ciegos,
y más allá del polvo y del milagro
también sufren de amor, hambre y olvido
las inconmensurables lunas espirales.

Nadie sabe si llueve también en las altas montañas.
Nadie quiere saberlo cuando las hortalizas
revientan en las manos de los agricultores
y el arroyuelo moja la falda de las muchachas en otoño.

Ahora me doy cuenta de que llevo una mariposa entre las manos
y es preciso dejar que se pierda en la neblina.
Ahora me doy cuenta de que alguien, con una voz coral
más grande que mi desnudo grito hacia el límite antiguo,
tiene una cara hermosa y un lamento dibujado en la cara
y me dice que para alzar el trigo hay que saber quemarse las espadas.

 

ABELARDO VICIOSO


ABELARDO VICIOSO

Nació en Santo Domingo el 22 de abril de 1930. Graduado en Derecho, su vida profesional está vinculada a la enseñanza, en la Facultad de Humanidades, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En la introducción a su representativo libro de poemas La lumbre sacudida (Premio Nacional Gastón F. Deligne, 1958), Rafael Valera Benítez escribe: “…a partir de 1948, nuestra poesía reúne ciertos nombres en cuya labor se establece la preocupación por el destino del hombre -el hombre como tal, en su realidad circunstancial, en su existencia virgen y agónica- integrando así todo un conjunto que se define, no obstante, con una sola y acentuada base, bien que en cada caso se orienten particulares matices determinativos”.

Vicioso forma parte de esta “generación del 48” (o “generación de postguerra” o “generación integradora”, según la han bautizado unos y otros) y la nómina se completa con varios e importantes nombres: Lupe Hernández Rueda, Alberto Peña Lebrón, Máximo Avilés Blonda, Rafael Lara Cintrón, Abel Fernández Mejía, Rafael Valera Benítez, Héctor Pérez Reyes, Francisco Antonio Cruz, Heriberto Bobadilla Beras, etc.

Dentro de la singularidad individual, Abelardo vicioso representa más lo emotivo que lo cuidado del estilo, aunque esto no signifique descuido. “Para Abelardo Vicioso el lenguaje es un vehículo de profunda conmoción poética, no una pueril repostería lograda por el acomodamiento de determinados giros o la intromisión de ardides retóricos propios de aquellos que se quedan siempre en la eterna antesala del rezumo exterior, epidérmico, de las palabras” (R. Valera Benítez)

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