FABIO FIALLO
EN EL ROMANTICISMO ANTILLANO
FERNANDO UREÑA RIB
La sutil sensualidad en la poesía de Fabio Fiallo no es inferior a su complejo y hábil manejo de las formas poéticas. Un ritmo soterrado subyuga al lector y le conduce al expectante final que viene a ser como su lógica eclosión. Nada queda en el aire. El poeta dominicano, sin rebuscamientos ni accesorios, nos lleva efectivamente a los parajes intimistas del sentir, de le gozosa experiencia del amor. Un aire de felicidad, o quizás de gratitud, sopla en sus versos:
Cuando esta frágil copa de mi vida
que de hermosuras rebosó el destino
Sin embargo, su vida no fue sólo hermosuras. La tribulación y la persecución, por sus ideas políticas, le hicieron abandonar el suelo patrio en más de una ocasión y en no pocas estuvo encarcelado, principalmente por su oposición a la intervención norteamericana de 1916.
Como ningún otro poeta, Fabio Fiallo nos acerca, con su visión poética, a la materialización del hecho romántico, al contacto con la piel de la mujer ansiada, a ese acercamiento trémulo y primero, a esa sensación dulce que provoca el deseo insatisfecho. Los olivos del triunfo y una frescura de juventud, sin olvidar ciertas malicias, coronan el espíritu de Fabio Fiallo
POEMAS DE FABIO FIALLO
Gólgota Rosa
A Ana María MenocalDel cuello de la amada pende un Cristo,
joyel en oro de un buril genial,
y parece este Cristo en su agonía
dichoso de la vida al expirar.Tienen sus dulces ojos moribundos
tal expresión de gozo mundanal,
que a veces pienso si el genial artista
dióle a su Cristo alma de don Juan.Hay en la frente inclinación equívoca,
curiosidad astuta en el mirar,
y la intención del labio, si es de angustia,
al mismo tiempo es contracción sensual.¡Oh, pequeño Jesús Crucificado!,
déjame a mí morir en tu lugar,
sobre la tentación de ese Calvario
hecho en las dos colinas de un rosal.Dame tu puesto, o teme que mi mano
con impulso de arranque pasional,
la faz te vuelva contra el cielo y cambie
la oblicua dirección de tu mirar.For Ever
A Juan T. Mejía y Porfirio HerreraCuando esta frágil copa de mi vida,
que de hermosuras rebosó el destino,
en la revuelta bacanal del mundo
ruede en pedazos, no lloréis, amigos.Haced de un rincón del Cementerio,
sin cruz ni mármol, mi postrer asilo,
después, ¡oh! mis alegres camaradas,
seguid vuestro camino.Allí, solo, mi amada misteriosa,
bajo el sudario inmenso del olvido,
¡cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo!En el atrio
Deslumbradora de hermosura y gracia,
en el atrio del templo apareció,
y todos a su paso se inclinaron,
menos yo.Como enjambre de alegres mariposas,
volaron los elogios en redor:
un homenaje le rindieron todos,
menos yo.Y tranquilo después, indiferente,
a su morada cada cual volvió,
e indiferentes viven y tranquilos
¡ay! todos, menos yo.FABIO FIALLO
Fabio Fiallo
(1866 – 1942Muchas veces perseguido y atribulado por sus ideas y por la ferocidad política de la época, Fabio Fiallo, nació en Santo Domingo el 3 febrero de 1866 y murió en La Habana el 28 de agosto de 1942. Desde muy joven participó en la actividad política dominicana, y adoptó una postura combativa en momentos oscuros de la nación, como ocurrió durante la primera intervención norteamericana. Desempeñó varios cargos públicos, entre ellos: Procurador Fiscal del Tribunal de Primera Instancia de Santo Domingo, Subsecretario de Interior y Policía (1903), Comisionado Especial del Gobierno en Azua, Samaná y Barahona (1904), Cónsul en La Habana (1905), en New York (1905) y en Hamburgo (1910), Gobernador de Santo Domingo (1913) y Miembro de la Comisión de Pensiones (1932).
Desarrolló una intensa labor periodística. Fundó los periódicos El Hogar (1894), La Bandera Libre (1899), La Campaña (1905) y Las Noticias (1920) y colaboró con el Listín Diario y El Lápiz.
Fiallo – ‘el poeta del amor’ – no fue un poeta fecundo pero sí muy popular. Supo explotar felizmente la mentalidad típicamente romántica de sus admiradores, y captar y condensar los sentimientos en unas cuantas palabras. Los lances amorosos, la delicada atmósfera reproducida en sus poemitas, a la manera de Gustavo Adolfo Bécquer, fueron suficientes para cautivar a toda una generación.
Aunque escribió poesía patriótica y cuentos, siempre será conocido como el poeta que halaga a Eros sobre todo; “…un poeta de salón, capaz de ditirambos y de cortesanías, pero no un poeta nacido, como los dos altos líricos a quienes manifiestamente recuerda (Bécquer y Heine), para convertir el amor en la cifra de todos los sentimientos que se agitan en el reino de las almas.” [Balaguer, Literatura Dominicana].
La vida política de Fabio Fiallo fue casi la negación de su obra literaria. Fue perseguido y estuvo en prisión por defender la nacionalidad dominicana frente a las fuerzas de intervención durante la Primera Ocupación Norteamericana.
Fue perseguido y estuvo en prisión por defender nuestra nacionalidad frente a las fuerzas de intervención. Dirigió el seminario El Hogar. Con Tulio M. Cestero fundo, en 1905, La Campaña, y colaboro con el Listín Diario y otros periódicos. Es uno de nuestros poetas populares, tanto aquí como en el extranjero. Como prosista, es autor de dos importantes colecciones cuentos.
Murió en La Habana, Cuba, el 28 de agosto de 1942 y sepultado en Santiago de Cuba. En 1977, por orden del Gobierno Dominicano, sus restos fueron trasladados a Santo Domingo
Obras
Primera sentimental (1902), Cuentos frágiles (1908), Cantaba el ruiseñor (1910), Canciones de la tarde (1920), Plan de acción y liberación del pueblo dominicano (1922), Jurb (1922), La cita (1924), Canto a la bandera (1925), La canción de una vida (1925 y 1942), Las manzanas de Mefisto (1934), el balcón de Psiquis (1935), Poemas de la niña que esta en el cielo (1935), Sus mejores versos (1938), La canción de una vida (1992).