GUILLO PÉREZ
UNA VISIÓN POÉTICA DEL PAISAJE
FERNANDO UREÑA RIB
GUILLO PÉREZ escudriña el paisaje y lo reconstruye a partir de una serie de símbolos que propios de su cultura y de su pueblo. La palma, la caña, la choza campesina y sobre todo el gallo de pelea, son tomados como elementos compositivos que cimientan sus estudios cromáticos. Sin el más leve asomo de temor, los azules de cobalto se arrojan irreverentes sobre amarillos de cadmio, sobre rojos alizarinos, sobre verdes que parecen sacados directamente de la mar turquesa.
Cada obra es, pues, un planteamiento de posibilidades infinitas. El contraste luminoso de las formas no es secundario a la elección de su temática, casi siempre bucólica, cálida, tropical y etérea. Más que el paisaje, Guillo Pérez pinta las reverberaciones del paisaje, las ondas de calor en las que el paisaje vibra, se estremece y canta.
Se trata, por tanto, de una cierta “poética” del paisaje. El pintor ha abandonado los gruesos empastes de sus pinturas de postguerra y en la madurez optó por una materia más trasparente en la cual el énfasis es puesto en los aspectos gestuales de la imagen. Ahora no es el gallo el que canta, el que canta es él.
Fernando Ureña Rib
GUILLO PEREZ
Cursó estudios de pintura y se graduó en la Escuela de Artes de Santiago de los Caballeros en el año 1950. Prefiere el óleo sobre tela, usando espátula para lograr fuertes empastes. Su estilo es expresionista-abstracto.
Actualmente trabaja en un estilo más estructurado, ordenando en la tela símbolos reconocibles. Temas tratados: monumentos coloniales, (monumentos de Jerusalén), marinas, figuras, paisajes, flores, hojas de plátanos y gallos. Ha realizado treinta exposiciones individuales en la República Dominicana y en el extranjero, y a la vez ha participado en exposiciones colectivas internacionales. Sus temas de los ingenios (carretas, bueyes y caseríos) permiten una visualidad contemplativa y poética de impresionante luminosidad del ambiente.
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