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Archives for April 2019

Manolo Pascual

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

MANOLO PASCUAL

Y LOS ORDENADORES

Fernando Ureña Rib

 

UN NUEVO LIBRO PARA LA HISTORIA DEL ARTE

VIDA Y OBRA DEL ESCULTOR MANOLO PASCUAL

 

Fernando Ureña Rib

 

 

Acaba de ser publicado en Estados Unidos el libro “Un escultor en el exilio, vida y obra de Manolo Pascual.” La publicación en inglés es una recopilación de textos críticos, anécdotas y fotografías sobre el fundador de nuestra Escuela Nacional de Bellas Artes. Durante la guerra civil española un grupo de artistas e intelectuales tuvo que huir de su país y trabajar expatriados en diversas naciones de América. Su hija Ariadna Pascual Wright (1933-) y quien escribe estas líneas, ofrecen un relato de primera mano sobre la obra creativa y las vicisitudes del gran escultor exiliado. 

 

Los sucesos en la vida de Manolo Pascual bien podrían servir para una novela o un film. Antes de la guerra fue un artista exitoso y ganador de reconocimientos de importancia, tal como el Premio de Roma. En aquella antigua ciudad llegó a establecer amistad con el renombrado escritor español don Ramón de Valle Inclán. A su regreso a España (1936) se enrola en el ejercito de los republicanos, hasta que en 1939 se ve obligado a salir de incógnito hacia Francia y luego al exilio en República Dominicana. 

 

Una vez en la isla, el dictador Rafael Leonidas Trujillo recibe del intelectual y visionario Dr. Rafael Díaz Niese, las buenas luces de invitar a Manolo Pascual a formar la Escuela Nacional de Bellas Artes. Esto ocurre en 1942 y bajo la guía de ese maestro se forman algunas de las personalidades más relevantes del arte dominicano del siglo XX. Domingo Liz, Gaspar Mario Cruz, Gilberto Hernández Ortega, Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló, Clara Ledesma, Oscar de la Renta y Luís Martínez Richiez, entre otros, beben de las fuentes creativas del maestro. 

 

En el ínterin, su hija Ariadna había sido enviada a un exilio mucho menos cálido. Como la madre de Ariadne había muerto en París en 1940 ella, junto a miles de niños españoles dados por huérfanos, es llevada a Rusia, donde transcurren sus años formativos. En Ciudad Trujillo, el inquieto escultor busca la manera de recuperar a su hija y finalmente lo consigue en 1947. 

 

Gracias a las admirables fotografías conservadas por Ariadne, este libro está impregnado del ambiente de la época. Contiene sesudos e inspirados artículos sobre la obra del escultor, escritos por figuras de la talla de Fraiz Grijalba, Eugenio Fernández Granell, Manuel Valldeperez, Robert Myron y Pedro René Contín Aybar, entre otros. El prólogo pertenece a la firma de Miguel D. Mena. 

 

El libro, que es una importante fuente de referencias, se puede conseguir a través de la Internet, en Amazon por el número de ISBN 978-0-615-50761-6 o bajo el título A Spanish sculptor in exile. The art and life of Manolo Pascual, edited by Ariadne Pascual Wright and Fernando Ureña Rib.http://www.amazon.com/Spanish-Sculptor-Exile-Manolo-Pascual/dp/0615507611

 

Una experiencia reciente, relacionada con Manolo Pascual y la red cibernética, ha sido tan remuneradora y misteriosa, que merece ser compartida con todos aquellos que se interesan por el arte y las cosas que ocurren en ese otro mundo, paralelo y virtual, del Internet, con su insondable maraña de laberintos. La historia es verídica.

Mis lectores no ignoran quién fue Manolo Pascual. Lo recuerdan como uno de aquellos artistas que escapó de las atrocidades del Generalísimo Francisco Franco. Saben que algunas de sus esculturas y bocetos se muestran aquí en el Museo Bellapart y en el Museo de Arte Moderno. Y que fue él uno de los fundadores de la Escuela Nacional de Bellas Artes en los albores de la década de los cuarenta. Así que muchos no han olvidado cómo él llegó a Santo Domingo, junto a un grupo de notables músicos e intelectuales y en medio del estupor de la guerra civil e ideológica que desgarró a España de 1936 a 1939.

Pero lo que quizás ignoren o hayan olvidado es que nuestro escultor tenía una hija. Que la hija, fue el producto de su breve matrimonio con una joven judía a quien había él había conocido mucho antes, en París, a principios de los años treinta. Aquella niña fue separada de sus padres a la tierna edad de cinco años y fue a parar a Rusia como parte de un grupo de niños españoles refugiados de la guerra. Durante nueve años vivió la niña en Rusia, alejada de los suyos. La madre murió sola en París, en 1940, como consecuencia del holocausto y del exterminio Nazi ejecutado contra los judíos.

Por más de cinco décadas, el angustioso dolor de aquella madre continuó palpitando en el pecho de su única hermana sobreviviente, llamada Else Englen, quien luego se radicó en Suecia y dedicó gran parte de su vida a buscar a aquella niña abandonada en los campos de refugiados en Rusia. ¿Pero cómo encontrarla? ¿Dónde? ¿Bajo qué nombre? A no ser por una serie de coincidencias y las virtudes del Internet aquel dolor habría podido bajar con ella a la tumba.

Usted no tiene que ser detective para intuir que el único indicio válido para encontrar la sobrina perdida era la referencia del padre escultor. Así que la tía Else se empeñó en seguir su rastro. Escribió cartas a la Academia de Roma, donde nuestro escultor había ganado premios de escultura en el 1936, indagó en ciertas municipalidades de París, hurgó en los archivos de distintos gobiernos y nada. Con el correr de los años aparece el Internet y el correo electrónico y la tía Else pone manos a la obra y utiliza sus recursos de búsqueda con profusión.

Sin embargo, para el tiempo en que el Internet alcanza un gran desarrollo, el escultor Manolo Pascual había muerto. Él había vivido sus últimos años en Nueva York, adonde había huido a finales de los años cincuenta. Manolo había sido víctima de las presiones que le había impuesto el mismo Trujillo. Resulta que Ariadne (que así se llama la hija de Pascual) vino al país a los trece años y empezó a estudiar en el Colegio Santo Domingo. La presencia de una niña “rusa” hija de un escultor español republicano causa revuelo y a él se le acusa de comunista. Así que se trasladan. Al llegar a la Gran Manzana, Manolo empieza a enseñar escultura en la New School for Social Research y entre sus alumnos está la hoy famosa escultora Josephine Hurst, quien le menciona como su maestro en las páginas del Internet.

Un día, mientras hago en el Internet un estudio sobre la obra de Manolo Pascual, caigo en las páginas de Josephine Hurst y le escribo. Ella me dice que había alguien desde Suecia haciendo indagaciones sobre la hija del fenecido maestro y me comunica con ella por correo electrónico. Era la tía Else. Ella barajaba una serie de nombres errados. Imposible encontrarla de esa manera. Gracias al crítico e historiador José Saldaña y a una entrevista publicada por doña María Ugarte pudimos dar con la clave. Utilizando un buscador hallé el nombre y la dirección exactas de la hija de Manolo Pascual. La llamo. Le digo que su tía Else, cuya existencia ella ignoraba, la estaba buscando minuciosamente desde hacía años.

El feliz encuentro familiar no tardó en producirse. Ariadne Palmer Wright, sus siete hijos y sus ocho nietos se reunieron con Else en Austin, Texas poco antes de la Navidad. En la sinagoga, el Rabí dijo un Kaddish por la madre ausente y por las víctimas de Auschwitz. Gracias a esta proeza de los ordenadores se aligeró un gran peso de los hombros de Else y compartimos hoy su felicidad y su alivio con la hija de Manolo Pascual, ese gran escultor nuestro.

FERNANDO UREÑA RIB

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Abelardo Vicioso

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

ABELARDO VICIOSO

POETA DOMINICANO DE LA GENERACIÓN DEL 48

Adiós al poeta y educador Abelardo Vicioso


EL miércoles 14 de enero del 2004 fueron sepultados en Santo Domingo los restos del poeta y abogado Abelardo Vicioso González, fallecido a los 74 años de edad a consecuencia de problemas cardiorrespiratorios.

La muerte le sorprendió cuando escribía los capítulos finales de una novela que llevaría por título Memorias del Teniente Veneno, de corte autobiográfico.

Desde muy joven desarrolló talento y dedicación por la literatura. Fue autor del poema Yanqui, vuelve a tu casa, circulado por la resistencia durante la Guerra de Abril de 1965, y que luego se convirtió en una especie de himno de los jóvenes revolucionarios. Tuvo una amplia producción literaria iniciada en 1958 con su libro de poesía La lumbre sacudida, y Cantos latinoamericanos, dado a la luz pública dos años después. Siempre se mostró solidario con la Revolución cubana.

Sepelio
Luis Beiro
Santo Domingo

Con la muerte de Abelardo Vicioso el país pierde una parte importante de su rostro. Esa que siempre se adelantaba al sol con bondad y hermosura. Esa que siempre se abría como mano solidaria a la misma entraña de la palabra dulce y bien escrita con la que legó a la posteridad algunas páginas que no podrán morir.


Abelardo Vicioso fue un mito que desde su temprana juventud decidió dedicar su vida -al igual que sus compañeros de la Generación del 48- a construir una República Dominicana mejor. Se graduó de abogado en la Universidad de Santo Domingo, y ejerció la profesión como hombre de bien.


Paralelamente a esa labor escribía poemas (sociales e intimistas) y libros de ensayos que evidenciaron su lucidez intelectual. También ejerció la docencia universitaria con altura y sapiencia.


Como hombre de su tiempo siempre enrumbó sus pasos hacia las conquistas sociales. Desde las filas políticas (PSP, PLD y ADP) fue un disciplinado soldado de vanguardia que puso siempre el interés colectivo por encima de los individuales. El Gobierno dominicano le otorgó mediante decreto 258-97 del Poder Ejecutivo, la orden de Sánchez Duarte y Mella en el grado de comendador.

Distinciones

El Consejo Universitario de la UASD le otorgó una placa de reconocimiento como integrante destacado de la Generación del 48.
La Universidad de La Habana le otorgó el título de ‘‘Doctor Honoris Causa’’ en letras. Por su labor como Presidente del Comité Dominicano de Amigos de Cuba, el Consejo de Estado de aquella isla le otorgó la Medalla de la Amistad.
Un grupo de familiales y amigos, encabezados por sus hijos Cynthiia Leonor y Carlos, de sus hermanas Ligia y Maritza lo acompañaron en la tarde de ayer hasta el cementerio de la Avenidad Máximo Gómez, donde descansarán sus restos.


El dirigente político Max Puig, en un hermoso panegírico, junto a su extraordinaria trayectoria humana y revolucionaria, recordó algunos de sus versos que lo definieron como un poeta social de trascedencia.

 

SELECCIÓN DE POEMAS

REPUDIO DE LA SOLEDAD

Si me sumerjo en las aguas oceánicas que rodean la isla
en cuyo polvo floto como un cadáver,
si este domingo lo comparto con alegres muchachas de barrio
y en su simplicidad resbala mi habitual melancolía,
si busco el aire nuevo de los alrededores de la ciudad
y lo empapo de tibios alcoholes y guitarras,
no procuro otra cosa que la alegría,
cuando ésta se ha perdido entre los días de la soledad.

Yo soy toda la alegría posible si me distribuyo
en el pueblo, en sus abigarradas casa,
en su perenne luto por el arroz y el pan
y por el viento que sople sus derruidas almas
hacia un fecundo abrazo con mi palabra limpia y terrenal.

Cada uno de mis pasos por la ciudad es una campanada silencios,
una sonrisa volcada en la esperanza,
Veo a la gente ir y venir en su trabajo
o en su holgazanería conquistada a la muerte,
sin que me sea permitido llamarles por su nombre,
sin que mi corazón se pueda desgranar en las ardientes calles.
¿Dónde podrá esconderse la alegría que no la alcancen mis palabras
cuando en mí esté presente la diminuta respiración de cada hombre
y mi canto sea la voz de su corazón esperanzado?

 

CANTO AL FONDO DEL MAR

Mar a donde no llegan gruesas lluvias amargas.
Mar sin olas, sin playas ni veleros distantes.
Mas debajo del ruido. Mar en profundidades.
Donde no viven sombras, porque allí todo es sombra
salvo la sombra verde de mi canto.
Mar encontrado al fondo de mi sueño.
Fondo triste del mar con ternura anhelando.
Mar distanto del polvo y de los trasatlánticos.
Enemigo del cielo y aún del hombre enemigo.
Mar para sonreír sin que se muere nadie.
Mar sin islas que lloren por una voz ausente.
Mar sin fusiles. Mar sin soledades.
Sin espigas de arroz ni voluntades tristes
ni tristes niños ni perennes lazos.
Mar al fondo del mar y de mi sangre.
Principio del vivir, descamisado;

desvestido de todo lo superfluo,
de mis uñas, corbatas y arrabales.
Mar hecho a la medida de mi alma.
Mar confidencia de los peces sabios
donde habita mi amor enardecido.
Mar sin piratas. Sin esos fabulosos capitales.
Ajeno de la furia de moscas y de aviones.
Como un perro veloz que corre por mis venas
y ladra y ladra y ladra de entusiasmo.

 

MÁS CERCA DE LA TIERRA

Yo traigo una palabra y una muerte dormida en la palabra,
traigo un día confuso entre los dedos y unos dedos antiguos,
pero este día comienza a perecer una vez que ha nacido.

¿De dónde diablos llega la ternura de esta voz primitiva
al levantar pirámides inmensas a la llama que enciende
la contienda entre el hombre cautivado y la sombra del viento,
a poner una mano poderosa a la altura del pecho
y a rasgar el vestido de los ángeles que torturan la vida?

¿De dónde amor, de dónde llegas en esta hora que me duele
a desprender el dedo índice de los labios sedientos,
irrumpiendo también por cada vello en deslumbrante cascada
capaz de ahogar la rosa más alta y el más alto gemido,
para que toda la tierra se ponga a renacer en salud y hermosura?

Nadie sin una herida puede decir ahora: estoy presente,
cuando la tierra clama con ternura por sus hijos amados.
La muerte que yo traigo nunca la proporcionan las espadas,
sino el tímpano roto de un caballo que llora en rebeldía:
la muerte que yo traigo es la pureza y el esplendor de la vida.

¿Puedo decir acaso, con certeza, que la herida que ofrezco viene del mundo abrazo
de mil cuerpos que se legan el sueño,
del sedimento amargo que acumulan los vientos clandestinos,
del polvo que se muere en los caminos de vejez o de frío?

¡Si fuera suficiente derrotar al olvido en una noche
y saber de qué estrella viene mi piel a contener el mundo!
Los ojos se sumergen en una luz pequeña y quedan ciegos,
y más allá del polvo y del milagro
también sufren de amor, hambre y olvido
las inconmensurables lunas espirales.

Nadie sabe si llueve también en las altas montañas.
Nadie quiere saberlo cuando las hortalizas
revientan en las manos de los agricultores
y el arroyuelo moja la falda de las muchachas en otoño.

Ahora me doy cuenta de que llevo una mariposa entre las manos
y es preciso dejar que se pierda en la neblina.
Ahora me doy cuenta de que alguien, con una voz coral
más grande que mi desnudo grito hacia el límite antiguo,
tiene una cara hermosa y un lamento dibujado en la cara
y me dice que para alzar el trigo hay que saber quemarse las espadas.

 

ABELARDO VICIOSO


ABELARDO VICIOSO

Nació en Santo Domingo el 22 de abril de 1930. Graduado en Derecho, su vida profesional está vinculada a la enseñanza, en la Facultad de Humanidades, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En la introducción a su representativo libro de poemas La lumbre sacudida (Premio Nacional Gastón F. Deligne, 1958), Rafael Valera Benítez escribe: “…a partir de 1948, nuestra poesía reúne ciertos nombres en cuya labor se establece la preocupación por el destino del hombre -el hombre como tal, en su realidad circunstancial, en su existencia virgen y agónica- integrando así todo un conjunto que se define, no obstante, con una sola y acentuada base, bien que en cada caso se orienten particulares matices determinativos”.

Vicioso forma parte de esta “generación del 48” (o “generación de postguerra” o “generación integradora”, según la han bautizado unos y otros) y la nómina se completa con varios e importantes nombres: Lupe Hernández Rueda, Alberto Peña Lebrón, Máximo Avilés Blonda, Rafael Lara Cintrón, Abel Fernández Mejía, Rafael Valera Benítez, Héctor Pérez Reyes, Francisco Antonio Cruz, Heriberto Bobadilla Beras, etc.

Dentro de la singularidad individual, Abelardo vicioso representa más lo emotivo que lo cuidado del estilo, aunque esto no signifique descuido. “Para Abelardo Vicioso el lenguaje es un vehículo de profunda conmoción poética, no una pueril repostería lograda por el acomodamiento de determinados giros o la intromisión de ardides retóricos propios de aquellos que se quedan siempre en la eterna antesala del rezumo exterior, epidérmico, de las palabras” (R. Valera Benítez)

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Dario Suro

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

 

TRASCENDENCIA EN LA OBRA DE

DARÍO SURO

fernando ureña rib

DARÍO SURO es uno de los grandes nombres del arte dominicano.  La maestría revelada en una obra vasta y trascendente acompaña a esa fama. Como creador, Darío Suro supo subvertir la realidad para crear su propio universo plástico, concatenado por un ordenado fluir que arrastra y abarca una enorme extensión temática y una no menor cantidad de disciplinas y tendencias. En todas ellas un hilo conductor expresivo se enriquece y se desborda de modo que ya no es posible contener la fuerza de su empuje. Darío Suro era además, un intelectual pulido, acabado y un gran conversador. Vivió en Europa y México y más tarde en Washington. Sin embargo, las raíces isleñas de su obra pictórica permanecen afianzadas con firmeza durante toda su larga jornada creativa. No es simplemente lo dominicano, lo caribeño o lo tropical como elemento particular lo que interesa al creador de aquellos “Caballos bajo la lluvia” sino los aspectos trascendentes y vitales de esa condición geográfica, social y humana que llamamos Caribe.  Una cierta dureza, crudeza o rusticidad de las formas acentúa el rigor de las composiciones y del mensaje que no deja nunca de exaltar los aspectos más áridos y difíciles de la vida en los trópicos.

FERNANDO UREÑA RIB

 

 

Ficha de Museo:

 

DARÍO SURO
:
Pintor, diplomático y crítico de arte dominicano nacido en La Vega en 1918. La obra de Suro parte de las culturas primigenias, e inserta un lenguaje que se apoya en la dialéctica y la filosofía moderna. La estructura del color, la composición escultural y arquitectónica conforman una técnica sobria y una peculiar energía expresiva. La ilusión del mito se conecta con el estilo académico moderno, espontáneo, rico en colorido y profundidad conceptual.
:
Su tío Enrique García-Godoy fue su primer profesor y maestro y ya en su ciudad natal llevó a cabo sus primeras exposiciones, antes de la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Se considera, junto a Jaime Colson y Yoryi Morel, uno de los padres de la pintura en República Dominicana.

Residió en México entre 1943 y 1947, relacionándose con los maestros mexicanos Diego Rivera, Lazo y Guerrero Galván. Al regresar a su República Dominicana realiza su primera exposición individual en la Galería Nacional de Bellas Artes, la cual fue acogida y divulgada por los círculos culturales.

Además de pintar escribió ensayos críticos sobre arte. Residió en Washington durante la parte final de sus días.  Expuso sus obras en Londres, París, Madrid, Italia, Colombia, Alemania y Estados Unidos, especialmente en el Riverside Museum, la galería de Rose Eried y en el Paindexter de Nueva York, las cuales han tenido una buena acogida del público y de la crítica. Concurrió a las  bienales de Venecia y Pittsburg, además de las nacionales;

Bibliografía: Enciclopedia de la Lengua Española, México,D.F. – La Revue Francaise, No. 56, 1954.- Revista Art, Mayo 1956, p. 51.- Notes of College, by Barbara Guest, New York.- Catálogo de Exposición Internacional de Pittsburg, 1962.- Almanaque Mundial de Readers Digest, 1955.- Contemporany Artist in Latin America, 1945.- Gran enciclopedia soviética, volumen 8, 1974.- Historia general de las artes, volumen VI, parte I, Moscú.- Enciclopedia del arte latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 1973.

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Silvano Lora

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

VANGUARDIA ARTÍSTICA DE

SILVANO LORA

FERNANDO UREÑA RIB

 

 

Los Setenta Años de Silvano Lora

Siendo aún muy joven, Silvano Lora cumple en estos días sus 70 años. Su nombre detona petardos en ciertos círculos, altercados, vehemencias. Quienes mejor le conocen sostienen que Silvano Lora tiene las maneras y el perfil inconfundible de un Quijote, un exquisito don de gentes, y una cultura amplia y cimentada. La falange disidente le enristra, como a Neruda, su relación de amor y odio con la burguesía. O más bien, con los “discretos encantos de la burguesía”. Pero hay mucho más en él.

Silvano Lora es en realidad un príncipe. Él, en su modestia, no lo admitiría. Pero basta mirarlo para saber que estamos frente a un hombre de estatura superior, en más de un sentido: Noble por derecho propio, íntegro, de indomable arrojo, de inquebrantable solidaridad humana. Noble, sí. Sin otro escudo o adarga que no fuese su obra plástica; y en ella, el mensaje de lucha sempiterna en favor de las clases hambrientas y oprimidas.

Setenta años y sigue siendo un joven radiante de utopías y de sueños. Para celebrarlo sus amigos nos reuniremos con él en el sótano del Museo de Arte Moderno que parece, en el buen sentido, una caverna. La misma platónica caverna de Saramago. Allí, sin los grandes reflectores de la publicidad, se presenta su última producción. El estilo (ese don particular y único que proviene directamente de las manos) es auténtico. Silvano Lora descubre un nuevo cauce para aquella masa difusa que la crítica contemporánea llama “Objetualidad”. Sobre los muros una obra objetual de peso, madura y sin embargo tierna, y poderosa, sobria, hermosa. ¿Por qué renunciar a la belleza? Esta es otra belleza. Es la suya.

Silvano no cesa de sorprendernos. Al frente de la vanguardia su lucha es la misma. Él cambia de estrategias, de trincheras, de escaramuzas. Su voz no se apaga. Pocos saben como él transformar la materia, moldearla, bruñirla. Objeto que él toca, lleva su sello. Puede que se trate de cartones, de bronces, de cobres, aluminios u hojalata; que sea tierra (como en aquellas Pinturas Negras). Estas obras se destacan sobre la mediocridad circundante, elevándose en la llanura como las aspas de un molino que golpeara el viento con su señal de alerta. Es la lúcida poesía de sus sueños. El viejo anhelo de que se repartan equitativamente los panes y los peces multiplicados. No espera ya un milagro. Alza un tenedor ferroso y lúgubre, un índice acusador. El aguerrido artista denuncia a todo pulmón la dolorosa historia del hambre.

En las altas esferas su grito apenas se escucha ahogado por el ruido de opulentos comensales que devoran sobre la mesa manjares y exquisiteces. “Los ricos ni dan ni dicen dónde hay. A la larga, el dinero guardado nos empobrece a todos.” Silvano Lorano rehuye su compromiso histórico. La obra de arte, silente, es un golpe sobre la mesa. No se trata de panfletos, ni pasquines. La imagen misma cuestiona e induce a la reflexión. El espectador advierte el quejido, pero también la esperanza. Las experimentadas manos que construyen el mensaje son las de un hombre tenaz que ha recorrido el mundo. No son pocos los países, ni las anécdotas, ni los personajes, ni las tertulias. Ni menos las angustias, ni los días de rejas, ni los años de exilio. La pátina de ese dolor recubre las obras ensambladas con pasión, pero sin amargura. Sobre su Rocinante Silvano Lora, grave y circunspecto, cabalga a buen trote todavía.

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Federico Henriquez Gratereaux

April 15, 2019 By dillon Leave a Comment

AGUDEZA CRÍTICA EN

FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX

FERNANDO UREÑA RIB

La agudeza y profundidad en los ensayos de Federico Henríquez Gratereaux no se advierten de inmediato, porque van recubiertas de un humor soterrado, que cual río subterráneo va llevándonos a zonas cada vez más profundas del tema elegido y tratado.

Esa profundidad no pierde lucidez, ni se recarga de sofocante densidad, sino que por el contrario va aireándose, haciéndose más transparente a medida que el ensayista nos conduce, con ironías y sutilezas, a las diversas  posibilidades de desarrollo del tema elegido.

Con todo, Henríquez Gratereaux no es el ensayista dogmático que no admite sino una conclusión.  Aunque las vertientes hipotéticas sean diversas, Gratereaux  ata los hilos conductuales y no se expande de tal manera que perdamos de vista  su objetivo.  Y no es que se trate de un camino llano.  Gratereaux nos enfrenta con franqueza a los escollos, a los aspectos más sórdidos o inverosímiles del tema y luego lo retoma con singular audacia y sobre todo, con una pluma denodada que no admite impurezas ni impropiedades del lenguaje.

Así, aunque no nos obliga a adoptar su opinión, podemos con solidez formarnos la nuestra, porque la suya está balanceada con el contrapeso de otras opiniones no menos respetadas.

Federico Henríquez Gratereaux es sin duda, uno de los más prolíficos, profundos y amenos ensayistas en la República Dominicana de hoy.

 

FERNANDO UREÑA RIB

Federico Henríquez Gratereaux

Nació en Santo Domingo, el 9 de septiembre de 1937. Ensayista, periodista, educador. Colabora en el periódico el Listín Diario. En 1980 obtuvo el Premio Anual de Ensayo. Durante varios años fue Director General del periódico El Siglo.

 

Obra

La feria de las ideas (1980), Opúsculos: Negros de mentira y blancos de verdad (1994), Cuando un estadista envejece (1995), La globalización avanza hacia el pasado (1995), La guerra civil en el corazón (1995), Un antillano en Israel (1995), Peña Batlle y la dominicanidad (1996) y la obra Un ciclón en una botella (1999).

En el año de 1960 la Editorial Revista de Occidente publicó un librito interesantísimo titulado ¿Dónde estamos hoy? Esta pregunta, convertida en título de libro fue formulada quince años después de terminada la Segunda Guerra Mundial y se refería a la sociedad humana toda. ¿Dónde estamos hoy?

El libro está compuesto por veintiún ensayos de distintos autores, cada uno un especialista de renombre mundial en su disciplina. Se reunieron así las opiniones de un economista, de un sociólogo, de un físico, un biólogo, un historiador, un filósofo, un religioso, un médico, un novelista, etcétera. Cada uno expuso su visión de la situación del hombre actual.

Los nombres de autores: el historiador Arnaldo Toynbee; el sociólogo: Helmuth Schelsky; el economista: Wilhelm Ropke, el físico: Max Born; el biólogo: Portmann; el filósofo: Julián Marías, el religioso: Martín Buber. Omito los nombres de los otros autores por ser menos conocidos por el público de nuestro país.
Es maravilloso oir opiniones sobre la ciencia, la cultura, el arte, el pensamiento, forjadas desde distintos puntos de mira y por hombres de la talla de los citados aquí. El poliedro de aproximaciones intelectuales así construidos nos enriquece de manera inesperada. Nos da una visión pluralista, interdisciplinaria, de los fenómenos culturales. Y nos saca de nuestra miserable estrechez habitual, la de nuestros propios intereses mentales.

Es de esperar que quince años después, en 1975, se pueda hacer una colección semejante y recibir otra vez la enseñanza de los que aún están vivos y de otros sabios que han ocupado el lugar de los que han muerto.

Henríquez Gratereaux, Federico, La feria de las ideas, Santo Domingo, Editora Taller, 1988.

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