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Archives for April 2019

Manuel Del Cabral

April 16, 2019 By dillon Leave a Comment

MANUEL DEL CABRAL

EN LA POESÍA DOMINICANA

FERNANDO UREÑA RIB

 MANUEL DEL CABRAL EN LA POESÍA DEOMINICANA

 

La poesía sonora y luminosa de Manuel del Cabral entraña aspectos físicos, sensuales junto a otros metafísicos y que alcanzan lo social y político. Esta ligazón con  lo terreno, lo espiritual, lo carnal, lo humano (doloroso o placentero) es  lo que hace que su poesía trascienda y ascienda hasta niveles muy altos de desarrollo espiritual. Su poderosa capacidad descriptiva pende de un lenguaje profundo, rico y de una observación alerta a la realidad circundante.

 

Fernando Ureña Rib

 

 

____________________________________________________________________

TRÓPICO PICAPEDRERO.
“Trópico Negro”, (1942)

Hombres negros pican sobre piedras blancas,
tienen en sus picos enredado el sol.
Y como si a ratos se exprimieran algo…
lloran sus espaldas gotas de charol.

Hombres de voz blanca, su piel negra lavan,
la lavan con perlas de terco sudor.
Rompen la alcancía salvaje del monte,
y cavan la tierra, pero al hombre no.

De las piedras salta, cuando pica el pico,
picadillo fatuo de menudo sol,
que se apaga y vuelve cuando vuelve el pico
como si en las piedras reventara Dios.

Dentro de una gota de sudor se mete
la mañana enorme -pero grande no-.
Saltan de los cráneos de las piedras chispas
que los pensamientos de las piedras son.

Y los hombres negros cantan cuando pican
como si ablandara las piedras su voz.
Mas los hombres cavan, y no acaban nunca…
cavan la cantera: la de su dolor.

Contra la inocencia de las piedras blancas
los haitianos pican, bajo un sol de ron.
Los negros que erizan de chispas las piedras
son noches que rompen pedazos de sol.

Hoy buscando el oro de la tierra encuentran
el oro más alto, porque su filón
es aquel del día que pone en los picos
astillas de estrellas, como si estuvieran
sobre la montaña picoteando a Dios.

 

 

FECHA DEL SEXO.
“Sexo y alma”, (1948-1956)

Dios terrestre, plural como el verano,
trampa por donde llegan el espacio y el tiempo,
catedral de secretos sorprendidos,
tu, solo y todo, sexo.

Lo demás…
un montón de cuchillos en los ojos,
unas viudas por tí resucitadas,
un enfermo que ruega
que no laven las ‘sabanas del lecho
sucio de primavera violentada,
y el sesentón sentado en sus horarios
para que en sus arrugas caigan besos
sonoros y redondos como monedas tristes
y el narcisista
que una novia tiene en cada curva
de su cuerpo que es todo, todo sexo,
y se besa y se cuida
como un número terriblemente solo.

Ahora está lloviendo pueblo adentro,
y es materia no simple
la de la costurera que cantando parece
que va cosiendo por sus huesos nombres,
y va llenando el aire de cosas masculinas:
amuletos de Juan, bueyes de Pedro;
pero, de las nieblas llegando,
sólo es Guaco,
el campanero que le llena el cuerpo
de la boda imposible de los pájaros,
porque es Guaco:
animal dulce como un fruto a tiempo.

(…)

Es que también sabemos
que cuando de tu trampa inevitable sale el tiempo,
el aire crece como un hombre;
sin embargo sólo toma altura…
sólo cuando se pone del tamaño de un grito.
Pero callemos,
que la madera grita en primavera.

 

 

TIERRA.
“De este lado del mar”, (1948)

Tu que estás en mi sangre como un ave que nunca
se termina de ahogar. No siempre
tú cabes en la pobre presencia de las cosas.
Nadador de mis venas, relojero sin tiempo
que en mi pecho golpeas.
Hace ya muchso años,
vendedores de agua sobre burros dormidos
madrugaban contigo por la calle entre sueños,
despertabas errante cantando
como cuando trasnochas
en la guitarra inútil como el cielo.

Y hace hoy mucho tiempo, yo decía:
Los hombres no comprenden
que por ser malos…
no comprenden…
Son los mismos que u día se me quedaron claros
porque yo los lavaba con preguntas de niño.

Y sin embargo, oh, mano,
por ti spoy ya como los otros hombres.
Siento como me empujas
sobre la larga herida de la calle.
Es pequeña tu vida mano humana que tienes
una peseta frente a las estrellas…

Ahora comprendes que te pesan los tiempos,
América te espera como carne de boda.
Pero, ya ves, aquello me crece ya hacia dentro.

Déjame que te ponga mi frente entre tus dedos.
Tú que eres siempre, mano: tierra suelta del hombre.
Déjame con tu herida,
que la sangre que sufre siempre es ala.

 

 

Selección de textos: María Belén Luaces.

 

MANUEL DEL CABRAL (1907 – 2000)



Manuel del Cabral, nacido en 1907, es considerado como uno de los más ilustres y feraces escritores dominicanos del siglo XX, poeta pasional que canta al nativismo y ensalza la figura del negro y, en general, del mundo antillano, donde lo profundo y lo misterioso habita entre los brazos de una naturaleza palpitante. En 1957 se publicó Antología clave, que reúne la producción del poeta desde 1930 hasta esa fecha de edición. En la Antología se incluyen 12 poemas negros, escrita en 1935,Pilón (1936), 8 gritos (1937), Biografía de un silencio (1940),Trópico negro (1941), Compadre Mon (1943), Chinchiná busca el tiempo (1945), Sangre mayor (1945), De este lado del mar(1948), Carta a Rubén (1951) y Segunda antología tierra(1951). En 1958 publica su cósmica Pedrada planetaria (1958). A partir de los años sesenta, Cabral comienza a intercalar en su obra americanista (La isla ofendida, de 1965, contra la política intervencionista de Estados Unidos) otras de carácter más espeso, como 14 mudos de amor(1962). Siempre en conexión con las nuevas formas de expresión, publica en 1970 Sexo no solitario (1970) y Égloga del 2000 y otros poemas (1970). Como novelista, Cabral destacó en El escupido (1970) y El presidente negro (1973).

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Guillo Perez

April 16, 2019 By dillon Leave a Comment

GUILLO PÉREZ

UNA VISIÓN POÉTICA DEL PAISAJE

FERNANDO UREÑA RIB

 

GUILLO PÉREZ  escudriña el paisaje y lo reconstruye a partir de una serie de símbolos que propios de su cultura y de su pueblo. La palma, la caña, la choza campesina y sobre todo el gallo de pelea, son tomados como elementos compositivos que cimientan sus estudios cromáticos.  Sin el más leve asomo de temor, los azules de cobalto se arrojan irreverentes sobre amarillos de cadmio, sobre rojos alizarinos, sobre verdes que parecen sacados directamente de la mar turquesa.

Cada obra es, pues, un planteamiento de posibilidades infinitas.  El contraste luminoso de las formas no es secundario a la elección de su temática, casi siempre bucólica, cálida, tropical y etérea.  Más que el paisaje, Guillo Pérez pinta las reverberaciones del paisaje, las ondas de calor en las que el paisaje vibra, se estremece y canta.

Se trata, por tanto, de una cierta “poética” del paisaje. El pintor ha abandonado los gruesos empastes de sus pinturas de postguerra y en la madurez optó por una materia más trasparente en la cual el énfasis es puesto en los aspectos gestuales de la imagen. Ahora no es el gallo el que canta, el que canta es él.

Fernando Ureña Rib

 

 

GUILLO PEREZ

 

Cursó estudios de pintura y se graduó en la Escuela de Artes de Santiago de los Caballeros en el año 1950. Prefiere el óleo sobre tela, usando espátula para lograr fuertes empastes. Su estilo es expresionista-abstracto.

Actualmente trabaja en un estilo más estructurado, ordenando en la tela símbolos reconocibles. Temas tratados: monumentos coloniales, (monumentos de Jerusalén), marinas, figuras, paisajes, flores, hojas de plátanos y gallos. Ha realizado treinta exposiciones individuales en la República Dominicana y en el extranjero, y a la vez ha participado en exposiciones colectivas internacionales. Sus temas de los ingenios (carretas, bueyes y caseríos) permiten una visualidad contemplativa y poética de impresionante luminosidad del ambiente.

 

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Josep Gausachs

April 16, 2019 By dillon Leave a Comment

JOSEP GAUSACHS

UN CAMINO ENTRE LO BELLO Y LO ESENCIAL

FERNANDO UREÑA RIB

 

Veintitrés años después de su muerte José Gausachs deja sentir su influencia en las artes plásticas dominicanas, sin dejar de ser para muchos un “gran desconocido”.. JoséGausachs nació en Barcelona en 1889, viviendo por tanto el inquieto mundo del café Els Quatre Gats donde se dijeron y ocurrieron tantos asuntos importantes para el arte del Siglo XX.

Gausachs fue alumno de Felix Mestres y en cierto sentido de Nonell, formándose académicamente en la Escuela de Baixas y en la de La Lonja, adonde también acudía el uruguayo Joaquín Torres García.

Era el tiempo de los debates entre los fauvistas y cubistas y Gausachs pudo hacer algunos viajes a Paris. Luego de recibir una herencia familiar pudo dedicarse exclusivamente a realizar el arte creativo y puro que tenía un mercado limitado y aún no abierto por ser precisamente un arte nuevo. Sus exposiciones de aquel tiempo tuvieron escaso éxito.

Después de iniciada la Guerra Civil Española en 1936, encontramos a un Gausachsdeslumbrado por la diafanidad tropical de Santo Domingo. Aquí trabajó durante años dejando una obra cálida, vibrante y trascendente que hoy se encuentra esparcida por diversas colecciones y países. La Galería de Arte Moderno presentó, el 27 julio de 1977 unas ochenta piezas de este genial artista, al cumplirse 23 años de su muerte.

Sobre la obra de Gausach realizada en Santo Domingo el conocido crítico español Juan Perucho ha dicho:

“El gran artista que fue José Gausachs se pone inmediatamente de relieve y toda la gracia incisiva y perfumada de su arabesco estremece las bancas superficies del papel. En muchos casos se trata de verdaderas obras maestras concebidas como obras de intención totalizadoras. Hay nervio, fuga, pasión arrebatada en el contorno de las cosas y un instinto fabulosamente seguro. La riqueza cromática es sorprendente, instigada tal vez por el mundo palpitante y cálido que Gausachs tenía y contemplaba diariamente.”

Con esa misma chispa vibrante Gausachs tocó casi todo tema pictórico y utilizó casi todo medio plástico. Como maestro, Gausachs “enseñó a ver” a artistas de la talla de Gilberto Hernández Ortega y Clara Ledesma, e incluso a la más joven Ada Balcácer y les hizo conscientes del mundo fascinante, lleno de magia y misticismo de la negritud antillana. Esa idea esencial del arte dominicano, esa poseía secreta que se respira en el Hernández Ortega primero y único y que trasciende de igual modo en la obra de Iván Tovar.  Esto es, en suma, un aporte fundamental que hace Gausachs a la plástica dominicana.

Su estilización de la mujer negra está cargada de ritmo interior, sin ser jamás “folklórico” De hecho, una afirmación suya hecha hacia 1952 revela ese sentido: “Muchas veces ni siquiera mirola modelo, solo su presencia me basta y me es necesaria.”! Así Gausachs llega la vibración humana que le produce la presencia del modelo y siente y reproduce otra verdad vital, más profunda y esencial y por tanto más permanente y bella.

La exposición Conmemorativa de Josep Gausachs es un homenaje necesario que nos permite ver reunidas una importante parte de su obra y juzgar la hondura y preciosidad de su vivencia antillana. Las generaciones de artistas jóvenes que se acercan al panorama del arte dominicano actual no podrán dejar de analizar a este maestro formidable del arte universal. 

Publicado en el suplemento de artes y letras del Listín Diario el sábado 23 de julio de 1977

 

 

 

FICHA DEL MUSEO

 

Nació en Barcelona en 1889 y murió en Santo Domingo en 1959.
Estudió en la Escuela de Baixas y en la Escuela de Bellas Artes de Llotja de Cataluña. Terminado sus estudios Gausachs marchó a París. En Montparnasse, donde bulle la revolución de los “ismos”, se instala Gausachs en estrecha convivencia con los más conocidos artistas de entonces: Modigliani, Gagallo, Utrillo, Juan Gris, de Chirico, Foujita, Picasso, Marquet, Braque, Marc Chagall. En este ambiente vivificante y estimulante, Gausachs se nutre de la savia renovadora latente y un espíritu inquieto y curioso. Participa en todos los movimientos artísticos que se producen. Así del impresionismo pasa al cubismo, al dadaísmo, al surrealismo, al expresionismo, al neo-expresionismo.
Cuando el General Franco ganó la guerra, Gausachs decidió nuevamente abandonar España, llegando a la Republica Dominicana en 1940 tras haber pasado por la experiencia de estar prisionero junto a sus hijos en un campo de concentración en Francia.
Fue nombrado profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes desde su fundación, y en 1946 fue designado Sub-Director de la Academia Estatal Dominicana.
Según expresa Jeannette Miller en su libro “Arte Dominicano, Artistas Españoles y Modernidad: “José Gausachs Armengol, fue, entre todos los artistas españoles exiliados , la figura más importante para la plástica dominicana. Su integración al país fue total y su enseñanza, determinante en las generaciones artísticas que lo siguieron”. “A lo largo de los casi 20 años que vivió en Santo Domingo, José Gausachs se convierte en el gran maestro del arte dominicano. Su integración se llevó a cabo a través de la absorción de los elementos étnicos, geográficos y culturales que definen el país. La negritud, como factor del arte moderno de principios de siglo , fue una condición que Gausachs trabajó en sus pinturas y dibujos; igualmente la luz tropical que excedía la mera captación de la realidad y se convertía en símbolo, iluminando sus paisajes donde la naturaleza casi selvática y el mar omnipresente juegan un papel determinante”.

Notas tomadas del  MUSEO BELLPART

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Carlos Acero Ruiz

April 16, 2019 By dillon Leave a Comment

CARLOS ACERO RUÍZ

PASIONES DEL ARTE

 

 

PASIONES DEL ARTE
De aquí y de allá

CARLOS ACERO RUÍZ

En el Museo de Arte Moderno seis artistas dominicanos presentan la colectiva “Orden del día”, en la cual indagan diversas situaciones de la existencia

Los resultados de la pasada versión del Concurso León Jiménes merecen ser ponderados y analizados con cautela. Varios hechos resultaron evidentes, siendo el más significativo la gran cantidad de premios que recayeron sobre la fotografía. En contraposición, la pintura no logró conquistar ningún galardón. Si bien la pintura en nuestro país tradicionalmente ha recibido una mayor atención, otros soportes se están adueñando de los espacios.

La colectiva “Orden del día”, que se presenta en el Museo de Arte Moderno (MAM), es un buen ejemplo de esto. En esta muestra participan seis creadores dominicanos, tres hombres y tres mujeres, los cuales presentan afinidades y diferencias, estableciendo un discurso abierto, desafiante, nada conformista y que permite lecturas alternativas. Un hecho importante que debemos destacar es que tres de ellos pertenecen a la diáspora: Elia Alba (1961), Iliana Emilia (1970) y Nicolás Dumit Estévez (1965) residen en los Estados Unidos. Mientras que Raquel Paiewonsky (1969), Miguel Ramírez (1966) y Mario Dávalos (1978), en Santo Domingo. Todos ellos pueden ser catalogados dentro de la generación del noventa, salvo el caso de Dávalos a quien por su reciente incursión en el arte, lo ubicaríamos más dentro de la generación de fin de milenio.

Prácticamente el denominador común de estos artistas lo constituye el hecho de que fueron formados inicialmente en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, salvo Elia Alba, quien realizó todos sus estudios en Nueva York, y Miguel Ramírez, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes.

El concepto curatorial de esta colectiva está sustentado en la “experimentación y en asuntos de nuestro tiempo “, tal y como lo indica la curadora Paula Gómez. lliana Emilia se vale de una serie de formularios comerciales de gran tamaño para expresar una gran carga emotiva, la cual comparte con el espectador a través de varios textos que a pesar del lenguaje directo empleado, lamentablemente no todos llegan al público, y mucho menos a los no iniciados en el arte contemporáneo, los cuales se sienten desconcertados frente a estas provocadoras obras. De todos los impresos el que contiene los “Horarios de trabajo” es realmente delicioso y alcanza una gran dosis expresiva.

La obra “La bandera”, de Nicolás Dumit Estévez, explora conceptos de una nueva identidad para los dominicanos que se han radicado en los Estados Unidos. El artista establece un interesante nexo entre Betty Ross y María Trinidad Sánchez, a quienes se les atribuye la confección de la primera bandera americana y dominicana respectivamente, extendiendo el mismo a su propuesta de un nuevo símbolo patrio para este singular grupo de emigrantes.

El novel creador Mario Dávalos hace una rápida transformación entre Jesucristo y Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che, y la acompaña de dos vídeos y cinco fotografías en blanco y negro de grandes formatos. Las creaciones fotográficas superan en calidad y contenido a la video creación propuesta por el artista, la cual encontramos poco amena y un tanto efectista, apoyada en una musicalización que en nada favorece la lectura de la misma.

Miguel Ramírez se adentra también en el campo de la experimentación con fotografía, vídeo y piezas tridimensionales con cualidades sonoras. Si bien el aspecto fotográfico es empleado como soporte en la pieza “Judas”, apreciamos grandes deficiencias técnicas y sobre todo facturales que debieron ser cuidadas por el artista en esta gran cantidad de imágenes que recuerdan a un paredón de fusilamiento. En la obra “Ausentes” -sonata- Ramírez retoma su enorme capacidad expresiva, desafiando los sentidos del espectador. En “Memorias de Ulises” nos reencontramos con el ceramista en una instalación cargada de simbolismos, en la cual el autor introduce con gran efectividad el elemento autobiográfico, con un lirismo y una dinámica que la convierten en una de las piezas más atractivas de la colectiva.

Elia Alba nos deleita nuevamente con sus vídeos en los que se destacan rostros humanos fotografiados y transferidos sobre textiles, los cuales la artista convierte en una especie de almohadillas que flotan sobre diversos fluidos. Esta especie de cojines se mueven de forma lenta sobre cristalinas aguas en las que la creadora establece distintos significados, sobre todo en lo concerniente al espacio ocupado por los seres humanos en la convulsa sociedad en que nos ha tocado vivir. De igual forma Alba explora con grandes posibilidades la connotación del desplazamiento en estas obras.

La ubicación privilegiada de la obra de Raquel Paiewonsky en el centro de la sala nos permite apreciar su singular instalación titulada “Levitando: a sólo un pie”, conformada por cincuenta pares de pies realizados con cera de abejas y suspendidos dentro de finas medias de nylon, prácticamente a ras del suelo. Al acercarnos a tan impactante pieza nos permite percibir la delicada fragancia del material empleado para la confección de la misma, y en la cual se simula a la epidermis humana.

El fragmento es nuevamente utilizado por Paiewonsky en estas partes identificables del cuerpo humano contenidas dentro de este material expansible e identificable como complemento del vestuario femenino. Esta obra a pesar de exhibir cierta quietud permite suponer la sensación de un futuro movimiento que aproximará las extremidades a tierra firme, y cuando esto se produzca cada uno podrá inventar su propia historia.

  Una opiniónSegún Sara Hermann: “El proyecto ‘Orden del día’ se enmarca dentro de los espacios de reflexión en torno a la creación nacional contemporánea que pretendemos auspiciar desde el MAM. Su propio título, que juega con la idea de breaking news alert y cosas por hacer, nos posiciona, por sugestivo, en estado reflexivo. (…) La idea de visceralidad, del planteamiento desde el intestino grueso, nos remite y condiciona al re-planteamiento de lo aprendido. Estos artistas establecen diversas relaciones con su realidad y medio. En casos antagonizan, establecen puntos de vista contestatarios, responden; en otros potencian los campos de contestación del fenómeno cultural. Es una muestra de individualidades (…) que en la sociedad dominicana contemporánea cobran más trascendencia día a día”.

TEXTO DE CARLOS ACERO RUÍZ


 

Carlos Acero
Premios, Distinciones y Reconocimientos

2001 • Mención de Honor del 2do Concurso Fotográfico de las Américas, Casa de Teatro, Santo Domingo, Rep. Dominicana

1999 • Premio de Adquisición de la XXI Bienal Nacional de Artes Visuales, Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1999 • Nominado por la Asociación Dominicana de Críticos de Arte (afiliada a AICA-UNESCO) al premio “Mejor labor de crítica de arte en medios de comunicación”, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1996 • Finalista del III Concurso Prats-Ventós de Escultura, Centro Cultural Hispánico, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1995 • Mención de Honor del Concurso de la Casa Fotográfica Wifredo García y del Concurso Anual de Fotografía Artística de Casa de Teatro, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1995 • Primer Premio del Concurso de fotografía del Centro Cultural Hispánico (España y la República Dominicana: La cultura de una relación), Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1994 • Premio “Votación del Público” en la categoría de escultura en la XIX Bienal Nacional de Artes Visuales, Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, Rep, Dominicana.

1993 • Mención de Honor, Concurso Anual Fotográfico de Casa de Teatro titulado “Los Duendes”, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1977 • Primer Premio de Escultura, IV Concurso Nacional Estudiantil de Arte, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1975 • Mención de Honor en Pintura, II Concurso Nacional Estudiantil de Arte, Santo Domingo, Rep. Dominicana.

1972 • Mención de Honor en pintura del Concurso Infantil Internacional “La Paz Mundial”, Bologna, Italia.

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Hilma Contreras

April 16, 2019 By dillon Leave a Comment

LA ESPERA

HILMA CONTRERAS

Premio Nacional de Literatura

 

HILMA CONTRERAS

LA ESPERA

Como no contestó, una mano cálida la sacudió por las rodillas. Entonces gruñó:

—Vete a dormir y déjame tranquila.

Pero la mano se alargó en una caricia. Josefina se indignó.

—¿Te has quedado a dormir para eso? Se van a dar cuenta, ¡vete!

La otra se tendió en la cama con medio cuerpo sobre Josefina, cuyos músculos se contrajeron defensivamente.

—¡Déjame! Te digo, Lucía, que me dejes.

Lucía rió en sordina.

—Eres cobarde, pero estás loca por abandonarte a las caricias de mis manos.

—Baja la voz, te van a oír… No es verdad, ¡lárgate!

Josefina se revolvió en la cama. Todo aquello era nauseabundo. Al sentir los labios carnosos sobre su vientre tuvo un acceso de ira. Con los dedos furiosos tirando de los cabellos de Lucía para desprendérsela de encima, dijo amenazante:

—Si no te largas ahora mismo, grito. ¿Me oyes? Voy a gritar con todas mis fuerzas.

—No lo harás… Tú le temes demasiado al ridículo para armar un escándalo —se burló la otra—. Tamaña cara pondrían tus hermanos si te vieran en cueros…

Volvió a reír echándole a la cara su aliento de tabaco. Tenía formas hombrunas, casi corpulentas. Comprendiendo que en semejante forcejeo llevaba las de perder, Josefina se inmovilizó de repente, un nudo en cada fibra. La mujer se sintió aliviada y comenzó a acariciarla ávidamente, a restregarse, a besarla. De pronto, se detuvo:

—¿Qué te pasa? ¿Estás muerta?… Tonta, no sabes lo que te pierdes… O es que… Habla ¡Hay un hombre en todo esto! ¡Idiota!

En el apartamento de enfrente hicieron luz. El hueco de la ventana se recortó luminoso sobre la pared detrás de la cama. Lucía murmuró ásperamente:

—Mira lo que has hecho. La vieja María nos ha oído… Esa maldita nunca duerme.

Luego, dulcificando la voz, agregó:

—¿De verdad no quieres que duerma contigo? Un hombre no es mejor, Josefina, créeme.

En el cuadro de luz de la pared apareció la sombra de una cabeza. Llena de susto, la joven replicó desfalleciente:

—Oh, por favor…

—Sí, tonta, me marcho. Yo tampoco quiero escándalo, pero no tardarás en llamarme, estoy segura que me llamarás porque no podrás conciliar el sueño después que mis manos te han tocado. Esperaré… Ven tú a mi cuarto, allí no podrá oírnos la escofieta ésa.

Masculló unas cuantas groserías más antes de escurrirse mal­humorada fuera de la habitación. Casi al mismo tiempo la vecina apagó la luz y fue de nuevo el silencio. Pasaron unos minutos. Un gato maulló cerca, repercutiendo su reclamo en la inmovilidad de Josefina. Entonces se dio cuenta de que los latidos del corazón martillaban todo su cuerpo. Se viró boca abajo. Como le resultó insoportable el contacto tibio de la cama, decidió levantarse. Después de correr el pestillo de la puerta que daba a la habitación contigua, se dirigió temblorosa al cuarto de baño. Abrió la ducha en la oscuridad. El agua fría le arrancó un gemido, pero a medida que le penetraba en la sangre le fue calmando poco a poco el temblor. Chorreante, se acercó al botiquín y encendió la luz. Al cabo de unos segundos de contemplación, sonrió jubilosamente a la turgente juventud de su pecho reflejado en el espejo mientras decía:

-Te los guardaré puros, Amor, aunque sólo nos encontremos en un mundo mejor.

 

OBRAS:

Cuatro cuentos (1953), Doña Endrina de Catalayud (1953), El ojo de Dios: cuentos de la clandestinidad (1962), La tierra está bramando (1986), Entre dos silencios (1987), Facetas de la vida (Cuentos y minicuentos) (1993).


Nació en San Francisco de Macorís, 8/12/1913. Narradora, ensayista y educadora. Hija del prestigioso médico Darío Contreras y Juana Castillo. Fue alfabetizada en París, ciudad europea donde residió su padre entre 1914 y 1920 mientras se especializaba en cirugía. De regreso al país, en 1920, in-gresa al colegio de señoritas Ercilia Pepín en Santiago de los Caballeros a cursar la educación primaria, pero en 1925 sus padres se trasladan nuevamente a Francia donde completa la educación secundaria y se matricula en La Sorbona diplomán-dose en Estudios de Francés Avanzado. En 1932 se inscribe en el Instituto Arqueo-lógico de París el cual abandona en 1933 para retornar a San Francisco de Maco-rís. Desde su retorno en 1933 hasta 1942 vive y desarrolla sus actividades intelec-tuales y laborales entre San Francisco de Macorís, Santiago de los Caballeros y Santo Domingo, ciudad esta última donde se estableció su residencia en 1942. En 1949 se gradúa de licenciada en filosofía en la Universidad de Santo Domingo. Fue Secretaria de Primera Clase y Traductora de la Misión Francesa en República Dominicana (1946-1962) En 1963, a raíz de la muerte de su padre, permanece tres años en Francia, pero en 1966 se reintegra a sus labores diplomáticas en la Embajada de Francia hasta 1975. Desde entonces ha vivido en su pueblo natal, distanciada de los círculos literarios y escribiendo en silencio. El  inicio de su ca-rrera literaria data de 1937 cuando Juan Bosch le publicó los cuentos “Tarde de cristal” y “Los buenos se van” en el periódico Listín Diario. Tres años después pu-blica una serie de relatos en el diario santiaguero La Información, a los que siguen otros en periódicos de Santo Domingo. En 1953 publicó su primera colección de cuentos titulada Cuatro cuentos y una década después El ojo de Dios: cuentos de la clandestinidad. 25 años después (1986) dio a la publicidad su primera y única no-vela, La tierra está bramando y en 1987 su tercer volumen de relatos, Entre dos silencios. Algunos de sus textos narrativos, especialmente el relato “La espera” han sido incluidos en antologías literarias nacionales y extranjeras tales como El cuento de Santo Domingo, de Sócrates Nolasco. Combatidas, combativas y combatientes, de Daisy Cocco De Filippis. Antología del cuento dominicano, de Diógenes Céspedes y Dos siglos de literatura dominicana, de José Alcántara Almánzar. También ha colaborado con los periódicos Hoy, Listín Diario y El Caribe. Pese a su limitada producción su prosa sencilla, testimonial, y ocasionalmente poética, la sitúa entre las narradoras dominicanas contemporáneas más importantes. En el 2002 recibió el Premio Nacional de Literatura, convirtiéndose así en la primera mujer dominicana reconocida con dicho galardón.

BIBLIOGRAFIA ACTIVA


CUENTO.
 Cuatro cuentos. Ciudad Trujillo: Editora Stella, 1953. El ojo de Dios: cuentos de la clandestinidad. Santo Domingo: Ediciones Brigadas Dominicanas, 1962. Entre dos silencios. Santo Domingo: Editora Taller, 1987. Facetas de la vida. Santo Domingo: Editora Taller, 1993.
NOVELA

La tierra está bramando. Santo Domingo: Biblioteca Nacional, 1986.
ENSAYO: Doña Endrina de Calatayud. Ciudad Trujillo: Impresora Arte y Cine, 1955.

BIBLIOGRAFIA PASIVA

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