• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to primary sidebar

Latin Art Museum

  • Artists
  • Art Of Auto
  • Art of Beauty
  • Art Of Health
  • Art of Marketing
  • News

Archives for April 2019

Eugenio Maria De Hostos

April 17, 2019 By dillon Leave a Comment

PENSAMIENTO Y PEDAGOGÍA DEL CARIBE

EUGENIO MARÍA DE HOSTOS

MAESTRO DE MAESTROS

 

Eugenio María de Hostos nació en Mayagüez (Puerto Rico), el 11 de enero de 1839. Cursó sus estudios primarios en el Liceo de San Juan de Puerto Rico, prosiguió sus estudios secundarios en España (Bilbao) y continuó en la Facultad de Derecho de Madrid.Viajó a París, de allí a Nueva York, desde donde luchó por la Independencia de Cuba (fundó el periódico “La revolución” con este fin)

A partir de 1871 comenzó a recorrer América del Sur (Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil), defendiendo su ideario antillano en defensa de la libertad de sus pueblos. En Chile profundizó en sus ideas educativas y en la instrucción de la mujer; allí publicó el Juicio crítico de Hamlet. Fue miembro de la Academia de Bellas Letras de Santiago.

En Argentina propició la construcción del ferrocarril trasandino. La primera locomotora que cruzó los Andes se llamó Hostos en su honor. Publicó artículos en el Diario "La Nación". En Brasil se dedicó a escribir sobre la exuberancia de la naturaleza en esta zona. En 1874 dirigió con el escritor cubano Enrique Piñeyro la América Ilustrada. En este año regresó a Nueva York.

En 1875 regresó a las Antillas, a la única isla libre, la República Dominicana; y en Puerto Plata, Santo Domingo, dirigió Las Tres Antillas. El ideal de Hostos era lograr la Confederación Antillana. Volvió nuevamente a Nueva York. Luego se dirigió a Caracas, y allí contrajo matrimonio con Belinda de Ayala Quintana.

Al concluir la guerra de Cuba, con la firma de la paz del Zanjón, regresó a Santo Domingo, donde fue nombrado Director de la Escuela Normal y fue profesor de Derecho y de Economía Política en el Instituto Profesional. En 1889 fue a Chile, donde ejerció tareas docentes, fue Director del Liceo de Chillán y del Liceo Amunástegui de Santiago. Allí realizó varias publicaciones y estudios pedagógicos, literarios y políticos, Al estallar en 1898 nuevamente la guerra en Cuba, regresó a Puerto Rico para luchar por la libertad, pero la falta de esta en su país, hizo que en 1900 se radicara una vez más en Santo Domingo, donde fue designado Director General de Enseñanza Normal.

Falleció en Santo Domingo el 11 de agosto de 1903.

Dijo de Hostos don Pedro Henríquez Ureña:
“Vivió en los tiempos duros en que florecían los apóstoles genuinos en nuestra América”.

Entre sus obras se pueden citar:

  • Biografía Crítica de Plácido
  • La novela de la vida
  • La tela de Araña
  • La peregrinación de Bayoán (1863)
  • Poesías y Comedias
  • Plácido (Ensayo)
  • Comedias (1886)
  • Crítica Literaria
  • Ensayo crítico de Hamlet
  • Meditando
  • Lecciones de Derecho Constitucional
  • Moral Social
  • Tratados de Lógica, Ciencia de la Pedagogía y Geografía Evolutiva
  • Los frutos de la Normal
  • Proyecto de Ley de Enseñanza Pública (Santo Domingo)
  • Programa Oficial para las Escuelas de la República (República Dominicana)
  • Reseña Histórica de Puerto Rico (Ensayo)
  • Mensaje a Colombia (Ensayo)
  • Discursos pronunciado en la primera investidura de alumnas del Instituto de Señoritas (1887)
  • La obra de Hostos ha sido recogida en veinte volúmenes por el gobierno de Puerto Rico en una edición de sus Obras completas (1940)

 

 

LIBROS SOBRE EUGENIO MARÍA DE HOSTOS

Alonso, Luis Ricardo. Hostos y Martí: novelistas. Diss. Boston C, 1975.
Álvarez, Ernesto. Hostos novelista: Estética y psicología en La peregrinación de Bayoán. Río Piedras: Edil, 2000.
—. La invasión pacífica: Estudios sobre Manuel Zeno Gandía y Eugenio María de Hostos. San Juan: Asociación de Graduadas de la UPR y Asomante, 1988.
Aragunde, Rafael. Hostos: Ideólogo inofensivo y moralista problemático. Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas, 1998.
Araya, Juan Gabriel. Eugenio María de Hostos en Chile. Chillán: Instituto Profesional, 1987.
Balseiro, José A. Eugenio María de Hostos: Hispanic American´s Public Servant. Coral Gables: University of Miami, 1949.
Borda de Sainz, Jo Ann Marie. Eugenio María de Hostos: His Philosophy. Diss. Columbia U, 1978.
—. Eugenio María de Hostos, Philosophical System and Methodology-Cultural Fusion. New York: Senda Nueva de Ediciones, 1989.
Bosch, Juan. Hostos, el sembrador. Río Piedras: Huracán, 1976.
—. Mujeres en la vida de Hostos. San Juan: Asociación de Mujeres Graduadas de la UPR, 1939.
Buitrago Ortiz, Carlos. Eugenio María de Hostos: An Introduction to his Social Thought as Related to Puerto Rico and America. Diss. New York U, 1960.
Cabrera, Francisco Manrique. Hostos, ensayos. Puerto Rico: Fundación F. Manrique Cabrera, 1991.
Carreras, Carlos N. Hostos: Apóstol de la libertad. San Juan: Cordillera, 1971.
—. Ideario de Hostos. San Juan: Cordillera, 1966.
Cataluña R., Víctor. Eugenio María de Hostos, su forma de vida, su obra y su pensamiento. Diss. Universidad Complutense de Madrid, 1980.
Cestero, Tulio M. Hostos, hombre representativo de América. Buenos Aires: Talleres Gráficos Rodríguez Giles, 1940.
Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939.
Corretjer, Juan Antonio. Hostos y Albizu Campos; diálogo del sociólogo militante y el jurista armado. Guaynabo, PR, 1965.
Díaz Aguiar, Delia. La reforma pedagógica de Hostos. Río Piedras: s.e., 1968.
Díaz Laparra, Marco. Eugenio María de Hostos y Fray Matías de Córdova: Dos panoramas biográficos. Guatemala: Ministerio de Educación Pública, 1950.
Elías de Tejada, Francisco. Las doctrinas políticas de Eugenio María de Hostos. Madrid: Cultura Hispánica, 1949.
Estenger, Rafael. Hostos, biografía para niños. La Habana: Alfa, 1942.
Ferrer Canales, José. Antillanismo y anticolonialismo en Betances, Hostos y Máximo Gómez. Río Piedras: Oficina del Rector, Universida de Puerto Rico, 1990.
—. Martí y Hostos. San Juan: Instituto de Estudios Hostosianos; Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1990.
Franco, Pericles A. Hostos y su ideal de una Confederación Antillana. Santo Domingo: Caribe, 1970.
Freire de Matos, Isabel. Eugenio María de Hostos para la juventud. Mayagüez: Comité del Sesquicentenario, 1989.
García Carrasco, Félix. El evangelio vivo de Hostos. San Juan: Jay-Ce, 1989.
Geigel Polanco, Vicente. Ensayos hostosianos. Boston: Florentia, 1976.
Godínez Sosa, Emilio y Loida Figueroa. Hostos: Ensayos inéditos. San Juan: Río Piedras: Edil, 1987.
González, José Emilio. Hostos as a Philosopher. Diss. Boston U, 1940.
—. Vivir a Hostos (Ensayos). San Juan: Comité Pro Celebración Sesquicentenario del Natalicio de Eugenio María de Hostos, 1989.
Gutiérrez Laboy, Roberto. Hostos y su filosofía moral: Acercamiento a Moral social. Puerto Rico: Sociedad Histórica de Lajas, 1992.
—. Moral y lenguaje en Hostos: Una análisis de Moral social. Diss. Rutgers U, 1991.
Henríquez Ureña, Camila. Las ideas pedagógicas de Hostos y otros escritos. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, 1994.
Hostos, Adolfo de. Índice hemero-bibliográfico de Eugenio María de Hostos, 1863-1940. San Juan: s.e., 1940.
—. Tras las huellas de Hostos. Río Piedras: Universidad de Puerto Rico, 1966.
Hostos, Eugenio Carlos de. Hostos, hispanoamericanista. Madrid: J. Bravo, 1952.
—. Hostos, peregrino del ideal. París: Ediciones literarias y gráficas, 1954.
López, Julio César. La dimensión antillanista en el epistolario de Eugenio María de Hostos. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos, 1996
—, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995.
Lugo Guernelli, Adelaida. Eugenio María de Hostos: Ensayista y crítico literario. San Juan: ICPR, 1970.
Magdaleno, Mauricio. Hostos y Albiza Campos. San Juan: Puerto Rico Libre, 1939.
Maldonado-Denis, Manuel. Eugenio María de Hostos y el pensamiento iberoamericano. México: Fondo de Cultura Económica, 1992.
—. Hostos y Martí. Río Piedras: Antillana, 1987.
—, Selección, prólogo y notas. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988.
Mora, Gabriela. Hostos intimista: Introducción a su diario. San Juan: ICPR, 1976.
Morales Nieves, Alfredo. El pensamiento americanista en Eugenio María de Hostos. Diss. U. of California at Davis, 1987.
Oraa, Luis M. Hostos y la literatura. Santo Domingo: Taller, 1982.
Parrish, Robert T. A Study of the Personality and Thought of Eugenio María de Hostos. Diss. U. of Wisconsin, 1940.
Pascual Morán, Anaida. Hostos, precursor de la educación por la paz. Guaynabo: Sonador, 1989.
Pedreira, Antonio S. Hostos, ciudadano de América. Río Piedras: Edil, 1976.
Pérez Morales, Carlos. Hostos: Maestro de geografía. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos, 2000.
Pimentel, Miguel A. Hostos y el positivismo en Santo Domingo (filosofía y política). Santo Domingo: Universidad Autónoma, 1981.
Rivera Nieves, Irma. El tema de la mujer en el pensamiento social de Eugenio María de Hostos. San Juan: Decanato de Estudios Graduados e Investigación; Instituto de Estudios Hostosianos, 1992.
Rodríguez Demorizi, Emilio. El padre Billini y Eugenio Ma. De Hostos. Ciudad Trujillo: Montalvo, 1941.
—. Hostos en Santo Domingo. Ciudad Trujillo: García, 1939.
—. Luperón y Hostos. Ciudad Trujillo: Montalvo, 1939.
Roig de Leuchsenring, Emilio. Hostos, apóstol de la independencia y de la libertad de Cuba y Puerto Rico. La Habana: Municipio de La Habana, 1939.
—. Hostos y Cuba. La Habana: Ciencias sociales, 1974.
Rojas Osorio, Carlos. Hostos: Apreciación filosófica. Humacao: Colegio Universitario; ICPR, 1988.
Romeu y Fernández, Raquel. Eugenio María de Hostos; antillista y ensayista. Madrid: Universidad de Madrid, 1959.
Santos y Vargas, Leonides. The Educational Philosophy of Eugenio María de Hostos. Diss. U of Illinois, 1973.
Sisler, Robert Frank. Eugenio M. de Hostos: A Comparative Study of his Educational and Political Contributions of this Antillean Philosopher and Reformer. Diss. New York U, 1962.
Soto, Norberto. Hostos y la realidad coyuntural de las Antillas. Santo Domingo: Taller, 1985.
Waltzer, Hildreth N. The Inner Pilgrimage of Eugenio María de Hostos as seen through Bayoán. Diss. New York U, 1976.



ESTUDIOS SOBRE EUGENIO MARÍA DE HOSTOS

Abellán, José Luis. “La dimensión krausopositivista en Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 329-339.
Acuña, Julia Helena. “Eugenio María de Hostos, ciudadano latinoamericano: su presencia en Argentina.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 443-468.
Ainsa, Fernando. “Hostos y la unidad de América Latina: raíces históricas de una utopía necesaria.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 417-442.
Alba, Pedro de. “La moral social de Eugenio María de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 189-208.
Alcántara Almánzar, José. “Hostos, el escritor necesario.” Ciencia y Sociedad 14.2 (1989): 154-162.
Alegría, Ciro. “El ferrocarril más alto del mundo.” Sueño y verdad de América. Lima: Universo, 1973. 119-128.
Álvarez, Ernesto. “Hostos y Colón, vidas paralelas.” Revista de Estudios Generales 4.4 (1989-1990): 13-41.
Aponte Alsina, Marta. “Mi viaje al sur: del paraíso perdido al porvenir latinoamericano.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 51-56.
Araya, Juan Gabriel. “Hostos en Chile: 1872-1873.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 53-65.
—. “Hostos: hacia una definición y ensayística de una república.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 613-633.
Ardao, Arturo. “La idea de la Magna Colombia, de Miranda a Hostos.” Estudios latinoamericanos de historia de las ideas. Caracas: Monte Ávila, 1978. 9-32.
Arévalo Martínez, Rafael. “Hostos.” Revista Trópico (Edición especial) 3.26 (1939): 8-9.
Armas, Ramón de. “Eugenio María de Hostos y Cuba: ‘Las tareas de la libertad’.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 569-576.
Arpini, Adriana, “La Sociología de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 667-705.
Asturias, Miguel Ángel. “Influencia de Hostos en la generación de 1920.” Revista Trópico (Edición especial) 3.26 (1939): 13.
Avelino García, Francisco Antonio. “Visión hostosiana de la realidad dominicana.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 24-31.
Babín, María Teresa. “El pensamiento de Hostos (1839-1903).” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 59 (1973): 17-22.
Balseiro, José A. “Crítica y estilos literarios en Eugenio María de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 54-63.
Beauchamp, José J. “La construcción de la cotidianidad, la historia y el ensayo en La peregrinación de Bayoán.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 521-540.
—. “La peregrinación de Bayoán: crisis de la novela y novela de crisis de la búsqueda de valores.” Talleres 5.1-2 (1989): 113-174.
Belaval, Eugenio S. “Eugenio María de Hostos y la utopía americana.” Boletín de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico 3.1 (1967): 5-8.
Bernardotti, María Adriana. “Hostos, la comunidad española y los jóvenes argentinos del 70.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 577-611.
Blanco-Fombona, Rufino. “Eugenio María de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 97-129.
Borda de Saínz, Jo Ann. “El desarrollo del pensamiento filosófico en Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 341-349.
Cabrera, Francisco Manrique. “Hostos: Vivir peregrinante en confesión.” Asomante 3.4 (1973): 5-22.
Cancel, Rafael. “Hostos: crítico de Hamlet.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 73-79.
Carr, Raymond. “Hamlet y Hostos.” Homines 6.2 (1982-1983): 180-183.
Carrillo Ramírez, Alfredo. “Eugenio María de Hostos.” Revista Trópico (Edición especial) 3.26 (1939): 15-17.
Caso, Antonio. “La filosofía moral de Eugenio María de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 209-222.
Castillo, José. “La obra de Hostos en Santo Domingo.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 29-44.
Colón Zayas, Eliseo R.. “La escritura ante la formación de la conciencia nacional: La peregrinación de Bayoán de Eugenio María de Hostos.” Revista Iberoamericana 53.140 (1987): 627-634.
Cordova Iturregui, Félix. “La peregrinación de Bayoán: construcción de un punto de vista.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 89-105.
—. “El radicalismo democrático de Eugenio María de Hostos: su período español.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 635-655.
Cores Trasmonte, Baldomero. “La teoría y la acción en la obra de Hostos.” Atenea 4.1-2 (1984): 133-166.
Corretjer, Juan Antonio. “Hostos y la revolución antillana.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 16.95-96 (1987): 19-23.
Cotto Ibarra, Brunilda. “Amor a la mujer en Hostos.” Revista Cayey 11.22 (1979): 207-211.
Chávez Rodríguez, Justo A. “La labor educativa de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 273-284.
Delgado Cintrón, Carmelo. “Los estudios jurídicos de Hostos en Madrid.” Revista/Review Interamericana 28.3-4 (1988): 29-35.
Delgado Pasapera, Germán. “Hostos, el sociólogo combatiente.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 35-42.
Díaz Soler, Luis M. “Participación de Eugenio María de Hostos en el movimiento abolicionista puertorriqueño.” La Torre 21.81-82 (1973): 175-202.
Durán de Avelino García, Carmen. “Eugenio María de Hostos, vigencia y proyección del antillanismo.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 5-10.
Feliciano Ramos, Héctor R. “Eugenio María de Hostos: sus ideas sobre la enseñanza de la geografía y de la historia.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 81-88.
—. “Hostos, Varona y Arosemena ante el descubrimiento y conquista española de América.” Revista/Review Interamericana 28.3-4 (1988): 67-77.
Fernández Méndez, Eugenio. “El pensamiento social de Eugenio María de Hostos.” Revista de Ciencias Sociales 9.1 (1965): 39-53.
Ferrer Canales, José. “Hostos, humano.” Cuadernos americanos 27.3 (1946): 167-179.
—. “Hostos y Giner.” Asomante 21.4 (1965): 7-28.
—. “Hostos y Varona.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 45-53.
—. “Huella brasilera en Hostos.” Cuadernos americanos 224.3 (1979): 160-167.
—. “Una faceta de Hostos.” Cuadernos americanos 217.3 (1977): 127-134.
Fiallo, Viriato A. “El intuicionismo filosófico de Hostos.” Eugenio Carlos de Hostos, Ed. Hostos, peregrino del ideal. París: Ediciones literarias y gráficas, 1954. 158-162.
Figueroa, Loida. “Eugenio María de Hostos y Bonilla, según su epistolario inédito.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 55-92.
Fránquiz, José. “Esencia ideológica de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 306-325.
—. “La visión de Kant y el ensueño de Hostos.” Eugenio Carlos de Hostos, Ed. Hostos, peregrino del ideal. París: Ediciones literarias y gráficas, 1954. 77-97.
García del Toro, Antonio. “El sentimiento patrio en Hostos y Martí.” Plural 3.1-2 (1984): 219-222.
Geigel Polanco, Vicente. “Hostos en el destino de Puerto Rico.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 7.25 (1964): 32-37.
Gil, Carlos. “Hostos y el proyecto neonacionalista en Puerto Rico.” Exégesis 3.7 (1989): 13-18.
Giner, Salvador. “El pensamiento sociológico en Eugenio María de Hostos.” Revista de Ciencias Sociales 7.3 (1963): 215-229.
Gómez, Máximo. “Eugenio María de Hostos.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 149-150.
Gómez Grillo, Elio. “Apreciaciones sobre el pensamiento penitenciario de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 245-252.
—. “Las nociones de derecho penal de don Eugenio María de Hostos.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 513-530.
Gómez-Martínez, José Luis. “Hacia el 98: Hostos ante España y las Antillas.” http://ensayo.rom.uga.edu
González, José Emilio. “Eugenio María de Hostos y la reforma de la enseñanza.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 8.29 (1965): 8-17.
—. “Hostos y la crítica social.” Revista de Ciencias Sociales 15.4 (1971): 499-511.
—. “Hostos y la idea de la Confederación de las Antillas.” Revista Jurídica de la Universidad de Puerto Rico 55.2 (1986): s.p.
—. “Meditación sobre la vida de Eugenio María de Hostos.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 3.6 (1960): 6-10.
—. “Observaciones éticas sobre la moral social de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 351-360.
—. “Sentido americano de la obra de Hostos.” Revista de Ciencias Sociales 6.3 (1962): 307-320.
González de la Rosa, Edelmira. “La peregrinación de Bayoán: introducción al tema antillano.” Educación 14.14 (1965): 59-78.
Guerra Cunningham, Lucía. “Feminismo e ideología liberal en el pensamiento de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 361-374.
Gutiérrez Laboy, Roberto. “Análisis metaético de Moral social de Eugenio María de Hostos.” Revista de Estudios Generales 9.9-2 (1994-1995): 89-139.
Guzmán, Ramón A. “Fudamentación de los derechos humanos en el pensamiento de Eugenio María de Hostos.” Cruz Anzata 1 (1978): 21-30.
—. “Los orígenes doctrinales de la obra jurídica de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 253-269.
Henríquez Ureña, Pedro. “Ciudadano de América.” Plenitud de América. Buenos Aires: Peña, Del Giudice, 1952. 137-143.
Henríquez y Carvajal, Francisco. “La muerte de Hostos.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 151-152.
—. “La sociología de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 148-155.
Hernández de León, Federico. “Hamlet tras el diáfano espíritu de Hostos.” Revista Trópico (Edición especial) 3.26 (1939): 4-5.
Hostos, Adolfo de. “Apuntes para la historia de las ideas en América: El culto de la conciencia de Hostos.” Revista de historia de las ideas 1 (1959): 265-272
Lagmanovich, David. “La crítica literaria en Hostos.” Sin nombre 3.3.4 (1973): 23-29.
Laguerre, Enrique. “Hostos y Martí.” Polos en la cultura iberoamericana. Boston: Florentia, 1977. 137-147.
Latoni, Alfonso R. “Eugenio María de Hostos: Primer sociólogo de América Latina.” Hostos para hoy 1.1 (1988): 67-71.
Lipp, Salomón. “Releyendo a Hostos: algunas facetas de su ideario.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 375-383.
Lugo Guernelli, Adelaida. “Eugenio María de Hostos y Miguel Ángel Asturias.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 9.39 (1968): 5-7.
Lloréns, Washington. “Hamlet visto por Hostos y Goethe.” Boletín de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico 3.1 (1967): 107-114.
Magdaleno, Mauricio. “Hostos, acontecimiento de América.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 196-199.
Maldonado-Denis, Manuel. “Eugenio María de Hostos: Maestro y pensador del derecho.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 57-62.
—. “Eugenio María de Hostos y el krausismo en América Latina.” El krausismo y su influencia en América Latina. Madrid: Calatrava, 1989. 169-186.
—. “Hostos, el antillano.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 15.56 (1972): 10-18.
—. “Introducción al pensamiento social de Eugenio María de Hostos.” Casa de las Américas 21.124 (1981): 51-66.
—. “La vocación caribeña y latinoamericana de Eugenio María de Hostos.” Revista/Review Interamericana 28.3-4 (1988): 7-28.
—. “Martí y Hostos: paralelismos en la lucha de ambos por la independencia de las Antillas en el siglo XIX.” Revista del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe 1 (1985): 105-114.
Márquez Rodríguez, Alexis. “El estilo literario de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 541-552.
Martí, José. “Catecismo democrático.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 147-148.
Martín, José Luis. “Hostos, escritor.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 14.50 (1971): 16-20.
Massuh, Víctor. “Hostos y la filosofía.” Eugenio Carlos de Hostos, Ed. Hostos, peregrino del ideal. París: Ediciones literarias y gráficas, 1954. 53-75.
—. “Hostos y el positivismo hispanoamericano.” América como inteligencia y pasión. México: Tezontle, 1985. 11-36.
Mead, Robert G. “Montalvo, Hostos y el ensayo hispanoamericano.” Hispania 39.1 (1956): 56-62.
Meléndez, Concha. “Hostos y la naturaleza de América.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 79-95.
—. “Hostos y Santo Domingo: construcción del hombre nuevo.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 19 (1963): 1-5.
Méndez, José Luis. “La actualidad del pensamiento de Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 657-664.
—. “Las ideas estéticas de Eugenio María de Hostos.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 407-422.
Méndez Santos, Carlos. “Eugenio María de Hostos, sociólogo.” Horizontes 12.22 (1968): 5-16.
Mistral, Gabriela. “Una biografía de Hostos.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 39-45.
Mora, Gabriela. “El diario de Hostos: labor de un intimista.” La Revista Bilingüe 2 (1975): 86-98.
—. “Hostos feminista: Ensayos sobre la educación de la mujer.” Revista de Estudios Hispánicos 24.2 (1990): 143-160.
—. “Hostos y la mujer.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 707-720.
Morales, Alfredo. “La realidad social en Mi viaje al sur.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 44-50.
Morales, Ángel Luis. “Eugenio María de Hostos: Apuntes sobre su obra literaria.” Asomante 2.2 (1946): 66-92.
—. “Juicio de Hostos sobre Ruiz Belvis y Betances.” Asomante 1.3 (1945): 80-91.
Mori, Roberto. “Vivir la moral: Hostos como sociólogo crítico.” Exégesis 3.7 (1989): 34-38.
Oyola de Calderón, Caridad. “La educación integral según Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 285-305.
Padín, José. “Eugenio María de Hostos, revolucionario.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 8.27 (1965): 18-22.
Pérez Morales, Carlos. “Hostos y la geografía.” Exégesis 3.7 (1989): 46-49.
Pérez Ruiz, José Antonio. “El positivismo en Hostos.” Asomante 26.1 (1972): 19-23.
Pino Iturrieta, Elías. “Aproximación al guzmanato: Hostos en la época de Guzmán Blanco.” Revista/Review Interamericana 28.3-4 (1988): 37-49.
—. “Hostos en Venezuela. Aproximación a su obra.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 93-102.
Posada, Adolfo. “El libro de Hostos sobre Derecho Constitucional.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 327-335.
Pozzi, Pablo. “Hostos, el panamericanismo y la sociedad política argentina 1873-1874.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 721-745.
Puigdollers, Carmen. “De la inevitable bitácora de Hostos (argumento con tres proporciones) .” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 90-91.
Reyes Dávila, Marcos. “Hostos: Una literatura para la liberación.” Exégesis 3.7 (1989): 19-26.
—. “Hostos: la llamarada escrituraria.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 553-566.
—. “Hostos: las manos y la luz.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 77-83.
Reyes Ramos, América y Jorge María Ruscalleda Bercedóniz. “El ideal de la Confederación de las Grandes Antillas Españolas en Eugenio María de Hostos y José Martí.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 16:58 (1973): 39-55.
Rivera, Irma. “El tema de la mujer en el pensamiento hostosiano.” Exégesis 3.7 (1989): 39-45.
Rivera, Juan Manuel. “La peregrinación de Bayoán: fragmentos de una lectura disidente.” Revista de Estudios Generales 4.4 (1989-1990): 43-66.
Rodríguez Bachiller, Ángel. “Eugenio María de Hostos, filósofo puertorriqueño.” Revista de Hispanismo filosófico 4 (1999): 11-27.
Rodríguez Bustamante, Norberto. “Hostos y su actualidad en el continente americano.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 469-473.
Rodríguez de Lecea, Teresa. “El krausismo y Latinoamérica.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 475-502.
Rodríguez Ozán, María Elena. “Hostos y el nacionalismo latinoamericano.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 503-507.
Rodríguez Rubio, Andrés. “Sobre el ideario pedagógico de Eugenio María de Hostos.” Horizontes 29.38 (1976): 67-70.
Roig de Leuchsering, Emilio. “Hostos y Martí, dos ideologías antillanas.” Manuel Maldonado-Denis, Selec. Visiones sobre Hostos. Caracas: Ayacucho, 1988. 533-545.
Rojas Osorio, Carlos. “El concepto de historia en Eugenio María de Hostos.” .” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 385-402.
—. “El concepto de naturaleza y ética ecológica en Hostos.” Revista de Estudios Generales 8.8 (1993-1994): 311-325.
—. “Ideas filosóficas de Eugenio María de Hostos.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 26.95-96 (1987): 63-70.
—. “La ontología de Hostos.” Exégesis 3.7 (1989): 27-33.
Román, Ángel M. “El tema del deber en tres vivencias: la patria, la familia y el amor profano.” Humanidades 8.8 (1974): 41-44.
Rosa-Nieves, Cesáreo. “Eugenio María de Hostos: Un krausista de América.” Boletín de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico 3.1 (1967): 167-172.
—. “El pensamiento estético en la obra de De Hostos.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 5.14 (1962): 14-17.
—. “Romería política de Eugenio María de Hostos.” Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña 5.15 (1962): 34-40.
Sambrano Urdaneta, Oscar. “Hostos y Venezuela.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 115-163.
Santos y Vargas, Leonides. “La filosofía de la educación de Eugenio María de Hostos.” Pedagogía 26.3 (1989): 19-36.
Suárez Silverio, Eduardo. “La educación moral y el pensamiento crítico en la filosofía educativa de Eugenio María de Hostos.” Pedagogía 26.3 (1989): 37-43.
Terán, Oscar. “La nación en la Sociología y la Moral social de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 403-413.
Tio, Aurelio. “Algunas ideas y aspiraciones de Eugenio María de Hostos.” Boletín de la Academia Puertorriqueña de la Historia 8.29 (1983): 181-190.
Torres, Carlos Arturo. “Hostos, héroe moral.” Comisión Pro Celebración del Centenario. América y Hostos. La Habana: Cultural, 1939. 132-145.
Vázquez, Carmen. “Los trabajos y los días. Hostos en París (1868 y 1869) .” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 165-181.
Vela, David. “Eugenio María de Hostos, voz americana.” Revista Trópico (Edición especial) 3.26 (1939): 6-7.
Villarini, Ángel R. “La enseñanza orientada al desarrollo del pensamiento según Eugenio María de Hostos.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 307-326.
Zea, Leopoldo. “Hostos como conciencia latinoamericana.” Julio César López, ed. Hostos: Sentido y proyección de su obra en América. Río Piedras: Instituto de Estudios Hostosianos; Universidad de Puerto Rico, 1995. 509-518.

© José Luis Gómez-Martínez
Nota: Esta versión electrónica se provee únicamente con fines educativos. Cualquier reproducción destinada a otros fines, deberá obtener los permisos que en cada caso correspondan. 

Filed Under: Artists

Marcio Veloz Maggiolo

April 17, 2019 By dillon Leave a Comment

MARCIO VELOZ MAGGIOLO

SOBRE LAS NINFAS DE

 FERNANDO UREÑA RIB

 

 

Decir la piel recoge por vez primera un conjunto de opiniones sobre la obra pictórica, fundamentalmente lúdica y “núdica”, si se me permite improvisar un vocablo, de Fernando Ureña Rib. Ya desde su primer asomo al gran público en el año de 1973, Ureña Rib fue una revelación,  asombro de colores y líneas, y por ello el maestro Jaime Colson, con efusiva prosa, no pudo menos que resaltar la memoria de una época en la que la máquina había sido la vida misma, y sustituta del contorno humano.


El mensaje de los cuerpos se disgregó y el entusiasmo por la máquina,bajo la inspiración iconoclasta de Marinetti, borraba al parecer la admiración por los mismos… Pero he aquí que el propio Colson confiesa que en las líneas de Ureña Rib emerge la corporeidad como la propiedad máxima de la belleza, emerge la belleza como un atributo casi ritual de la corporeidad.


Quería decir el maestro que el cuerpo volvía a tomar su lugar y él mismo, creador de las más intrigantes corporeidades en nuestro arte, quizás vio en los cuerpos deliciosos de Ureña, ese retorno como una compensación y un reconocimiento al elemento humano.

Desde Colson a Enriquillo Sánchez, desde Marianne de Tolentino a Pedro Mir, desde Dorota Kozinska a Elisa Herr, la pintura, el arte de este  oceánico creador de líneas y perfumes irisables ha sido visto como un sorprendente venero donde los órdenes de la tradición se transforman y las náyades se mezclan con sus propios espacios astrales, inaugurando vuelos y movimientos plurales que se sugieren en entorno de sus propias humanidades, produciendo en el veedor una especie de profunda persecución de la línea, una persecución que revela que la maestría de Ureña Rib coincide con la obra abierta, con ese mundo de sugerencias que permite al espectador completar la obra del creador.


La visión que se recoge en esta colección de críticas y artículos sobre la obra imponente de Ureña Rib es variada. Ureña Rib permite que entremos en la mitología de los cuerpos, de los cuerpos femeninos y nos
lleva de la mano hacia el pasado de las reencarnaciones más puras.

Reencarnación de la línea con su origen, reencarnación de los colores con el suave sexo de sus náyades, reencarnación de la bruma que indefinida nos dice cómo es el cuerpo femenino y cómo pudo haber sido. En la obra de Ureña se percibe una rica antología de los gestos que es casi única en pintura de este tipo en América Latina. 

Los gestos son en realidad esas modalidades de reposo en movimiento que se materializan en cuanto el pintor asume su paleta y apunta hacia un posible discurso interior de sus personajes. No me canso de ver en cada una de sus oceánicas tropicales, enmarcadas en la botánica del sueño, o en cada una de sus sílfides y vestales, porque son eso, una clásica creación casi menádica y debo pensar entonces en la inmensa mitología grecolatina y dionisíaca que revienta luego hecha carnaval en los más intrincados rincones de la vida medieval europea. 

Pero estas Sílfides, estas náyades, éstas ménades, estas enmascaradas productoras de sueño se aposentan en un espacio racial híbrido en donde la nalga suave – mezcla de negro y blanco compartida – habla de una mulata antropológicamente viva, acanelada, idealizada y siluetada como un proyecto tropical que habita en el corazón de la montaña caribeña.


El antifaz revela quizás un mundo renacentista, oscuramente olvidado, y podemos imaginarnos que la totalidad de la vida tropical cabe también en los forros de una sociedad pasada en donde lo grecolatino se completa con lo tropical.


De esta pintura maravillosamente pura, Pedro Mir diría que “Ureña Rib reivindica la belleza como realidad sensible y hasta sensual. No conceptual. Se vale de ella como recurso artístico de primer rango, de la misma manera que los egipcios se valían del humo como recurso lingüístico de primer rango para comunicar las crecientes del Nilo, o los monjes medievales se servían del vino como un recurso simbólico de primer rango para evocar la presencia de Cristo en la Eucaristía (Mir, 1997).

Marianne de Tolentino ha señalado en varios de sus trabajos sobre Ureña Rib las características oníricas de su pintura. Sin sueño es imposible hacer arte. En declaraciones de crítica Marianne de Tolentino, el pintor había señalado que era algo así como el usuario de “una visión anticipada que fusiona lo vivido con el puro azar”. Fusionar la vida con el azar es dejar muy en libertad la energía creativa. Todo artista se mueve, cuando es realmente artista, dentro de esos parámetros que Ureña Rib había identificado para sí mismo: Fusionar lo vivido con el puro azar.

Marianne de Tolentino ha sido la crítica más acendrada de la obra de Ureña y sin dudas la que con mayor intensidad la ha analizado. Este libro incluye mucho de sus trabajos y permite, sin dudas, seguir con gran certidumbre la secuencia del creador, orientado en mucho a quienes vamos a gozar del contenido. Como esta no es una presentación, sino una simple introducción a un bello proyecto de lectura, vale la pena señalar que maestros consagrados como Fernando Peña Defilló, poetas como León David, críticas e historiadoras del arte como Jeanette Miller, han contribuido para que sus aportes sean hoy parte del conocimiento sobre el pintor. 

Críticos que son a la vez pintores, como Danilo de los Santos, nos recuperan de algún modo espacios de la pintura de Ureña que debemos analizar por cuanto todos no podemos verlo todo. Vale citar firmas de artistas como
Alberto Bass, Ignacio Nova, Faustino Perez, Judet Hasbún y una pléyade de personalidades de la crítica internacional que cubren el gran espacio artístico en el que se ha movido Ureña tanto en Montreal, los Estados Unidos de América y Europa. 

Siendo estas palabras solo introductorias y jamás pensando que puedan ser un análisis de la obra de Ureña, creo que el libro Decir la Piel es algo así como una colectiva de la crítica que permitirá a muchos ir más adentro de la obra de Ureña, porque las ilustraciones son, igualmente, una guía bien organizada que nos permitirá gozar lo que dicen los maestros y críticos que han evaluado la labor del pintor al través de los tiempos. Para este Museo de las Casas Reales, que me honro en dirigir, la puesta en circulación del libro es un gran honor y agradezco que Fernando Ureña Rib haya pensado en nuestros espacios, en donde un marco esplendente de sueños y distancias, siempre adorna el arte y sirve de suave almohadón al onírico destino de toda creación.

Gracias
Marcio Veloz Maggiolo

 

MARCIO VELOZ MAGGIOLO 

Nació en Santo Domingo el 13 de agosto de1936. Narrador, poeta, ensayista, crítico literario y arqueólogo y antropólogo. Hijo de Francisco Veloz Molina y Mercedes Maggiolo. Cursó su educación primaria en la Escuela México y la secundaria en el Liceo Presidente Trujillo y la Escuela Hostos, graduándose de Bachiller en esta última en 1957. Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1962) y de Doctor en Historia de América de la Universidad de Madrid (1970). También hizo estudios de superiores de periodismo en Quito, Ecuador. Fue Subsecretario de Estado de Cultura, Director del Departamento de Investigaciones del Museo del Hombre Dominicano, Director del Departamento de Antropología e Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Director-fundador del Departamento de Extensión Cultural de la misma universidad y Director del Museo de las Casas Reales. Además, se desempeñó como Embajador en México, Perú y Roma. Entre los múltiples galardones que ha recibido por su obra creativa figuran: Premio Nacional de Poesía (1961) con Intus; Premio Nacional de Novela (1962) con El buen ladrón; Premio Nacional de Novela (1981) con La biografía difusa de Sombra Castañeda; Premio Nacional de Cuento (1981) con La fértil agonía del amor; Premio Nacional de Novela (1990) con Materia prima; Premio Nacional de Novela (1992) Ritos de Cabaret; Premio Nacional de Literatura (1996) y Premio Feria Nacional del Libro (1997) con Tru-jillo, Villa Francisca y otros fantasmas. Parte de su obra narrativa y ensayística ha sido traducida al inglés, italiano, francés y alemán. Es uno de los escritores dominicanos contemporáneos más prolífico y más difundido nacional e internacionalmente.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

POESÍA. El sol y las cosas. Ciudad Trujillo: Colección Arquero, 1957. Intus. Santo Domingo: Colección Arquero, 1962. La palabra reunida. San Pedro de Macorís: Universidad Central del Este, 1982. Apearse la máscara. Santo Domingo: Biblioteca Nacional, 1986.

NOVELA. El buen ladrón. Ciudad Trujillo: Colección Arquero, 1960.
Los ángeles de huesos. Santo Do-mingo: Editora Arte y Cine, 1967. De abril en adelante. Santo Domingo: Editora Taller, 1975. De donde vino la gente. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1978. Biografía difusa de Sombra Castañeda. Santo Domingo: Editora Taller, 1980. Novelas cortas. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1980. Florbella. Santo Domingo: Editora Taller, 1986. Materia prima. Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1988.

CUENTO. El prófugo. Santo Domingo: Ediciones Brigadas Dominicanas, 1962. Creonte: seis relatos. Santo Domingo: Colección Arquero, 1963. La vida no tiene nombre. Santo Domingo: Colección Testimonio, 1965. La fértil agonía del amor. Santo Domingo: Editora Taller, 1982. Cuentos, recuentos y casi cuentos. Santo Domingo: Editora Taller, 1986.

ENSAYO. Cultura, teatro y relatos en Santo Domingo. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1972. Arqueología prehistórica de Santo Domingo. Singapore, New York: McGraw-Hill, 1972. Las pobla-ciones aborígenes de la Isla Española. Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano, 1973. Cayo Cofresí, un sitio precerámico de Puerto Rico. Santo Domingo: Editora Taller, 1975. Arqueo-logía de Yuma, República Dominicana. Santo Domingo: Editora Taller, 1976. Medio ambiente y adaptación humana en la prehistoria de Santo Domingo. Santo Domingo: Editora Taller, 1976. Sobre Cultura dominicanas y otras culturas. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1977. Arqueología de Punta Garza. San Pedro de Macorís: Universidad Central del Este, 1977. Investigaciones arqueológicas en la provincia de Pedernales, República Dominicana. San Pedro de Macorís: Universidad Central del Este, 1979. Las sociedades arcaicas en Santo Domingo. Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano: Fundación García Arévalo, 1980. Sobre cultura y política cultural en República Dominicana. Santo Domingo: Editora alfa y Omega, 1980. La arqueología de la vida cotidiana, 1981. Panorama histórico del Caribe precolombino, 1990. La fundación de la villa de Santo Domingo, 1991. La isla de Santo Domingo ante de Colón, 1993. Barril sin fondo, 1996. Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas. Santo Domingo: Colección Banreservas, 1996
Escritores dominicanos
Página dedicada a la promoción de la literatura dominicana

BIBLIOGRAFIA PASIVA

Alcántara Almánzar, José. “Marcio Veloz Maggiolo y su biografía no-velada de Villa Francisca.” Hoy [Isla Abierta] 21 de enero, 1989: 12-13. | Alcántara Almánzar, José. “La biografía difusa de Sombra Castañeda.” En Narrativa y sociedad en Hispanoamérica. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1988: 92-95. | Alcántara Almánzar, José. “Los ritos de Marcio.” Hoy [Isla Abierta] 14 de marzo, 1992: 11-12. | Alcántara Almánzar, José. Dos siglos de literatura dominicana (S. XIX-XX). Santo Domingo: Colección Sesquicentenario de la Independencia Nacional, 1996: 258-281. | Alcántara Almánzar, José. “Los cuentos de Veloz Maggiolo en una antología personal.” Hoy [Isla Abierta] 30 de abril, 2000: 4-5. | Alvarez, Soledad. “Opo-sición y similitudes en los personajes de Materia prima de Marcio Veloz Maggiolo”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 25-32. | Cabanillas, Francisco. “Tres secuencias bolerísticas en Ritos de cabaret”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 33-48. | Cabrera, Fernando. “Marcio Veloz Maggiolo y sus boleros para decir la vida”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 49-58. | “Cáceres, Jackeline. “Entrevista a Marcio Veloz Maggiolo.” Santo Domingo: Coloquio 29 abril 1989: 3-5. | Céspedes, Diógenes. “Muerte y violencia en la escritura desigual de La fértil agonía del amor, de Marcio Veloz Maggiolo.” En Estudios sobre literatura, cultura e ideologías. Santo Domin-go: Editora Taller, 1983: 165-169. | Deive, Carlos Esteban. ” Marcio Ve-loz Maggiolo o la pasión del saber”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 59-70. | Delgado Malagón, Pedro. “Presentación de la novela Rito de cabaret”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 71-78. | Di Prieto, Giovanni. “La ine-vitibilidad de cambio en el Creonte de Marcio Veloz Maggiolo.” En Temas de lite-ratura y de cultura dominicana. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1993: 61-67. | Diccionario enciclopédico dominicano. Vol. 2. Santo Domingo: Sociedad Editorial Dominicana, 1988: 544. | Francisco, Ramón. “De abril en adelante: la novela que as-pira parecerse a la vida”. La Noticia [Aquí] 20 de abril, 1975: 11-12. | Fornerín, Miguel Angel. Memoria y olvido en Uña y carne”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 79-84. | García, José Enrique. “Marcio Veloz Maggiolo en el centro del cuento dominicano.” Hoy [Isla Abierta] 4 de septiembre, 1982: 15. Gerón, Cándido. Diccionario de autores dominicanos 1492-1994. 2da. ed. Santo Domingo: Editora Colorscan, 1994: 334. | González Cruz, Luis F. ” Desde el absurdo: la narrativa de Marcio Veloz Maggiolo”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 105-114. | Lantigua, José Ra-fael. “Materia prima: en Villa Francisca se resume toda la humanidad.” Ultima Hora [Biblioteca] 14 de enero, 1989: 10. | Lantigua, José Rafael. “Ritos de Cabaret: la terrible armonía que pone viejos los corazones.” Ultima Hora [Biblioteca] 11 de enero, 1992: 9. | Lantigua, José Rafael. “Entrevista a Marcio Veloz Maggiolo.” En El oficio de la palabra. Santo Domingo: Ediciones La Trinitaria, 1995: 135-142. Lantigua, José Rafael. “Para leer Uña y carne: una novela de claves y significados”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 115-120. | Larsen, Neil. “¿Cómo narrar a Trujillo”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 105-114. | 121-136. | Mármol, José. “El cerco infranqueable del pasado: de la materia prima a la protonovela.” Santo Domingo: Coloquio 29 abril 1989: 6-7. | Mateo, Andrés L. “Uña y carne, memorias de la virilidad”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 145-154. | Martínez, Carlos T. ”Marcio Veloz Maggiolo”, en Grandes dominicanos. Tomo II. Santo Domingo: Ediciones Catemar, 1996: 75-88. | Piña Contreras, Guillermo. “Entrevista a Marcio Veloz Maggiolo.: En Doce en la literatura dominicana. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1982: 193-213. Prosdocimi, María del carmen. “Lo maravilloso y lo real se amalgaman en Biografía difusa de Sambra Cas-teñeda”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 155-162. | Prosdo-cimi, María del Carmen. “La palabra se vuelve testimonio en Uña y carne de Veloz Maggiolo.” El Caribe [Suplemento cultural] 15 de enero, 2000: 3. | Rosario Candelier, Bruno. “Marcio Veloz Maggiolo: La vida no tiene nombre.” Santo Domingo: Coloquio 29 abril 1989: 8-11. | Rosario Candelier, Bruno. “Marcio Veloz Maggiolo en la fantasía del amor.” En Valores de las letras dominicanas. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1991: 291-299. | Rosario Candelier, Bruno. “La fértil agonía del amor.” Hoy [Isla Abierta] 3 y 10 de julio, 1982: 14-15. | Rueda, Manuel. “El prófugo, de Marcio Veloz Maggiolo.” Hoy [Isla Abierta] 21 de mayo, 1983: 2. | Summer, Doris. “De abril en adelante: ¿Puede la narrativa sobrevivir la muerte del romance?”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 163-188. | Ugalde, Sharon Keefe. “Veloz Maggiolo y la narrativa del dictador/dictadura: perspectiva dominicanas e innovaciones.” Revista Ibero-americana 142 (1988): 129-150. | Valerio-Holguín, Fernando. “Bolero, historia e identidad en ritos de cabaret”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 229-246. | Zakrzewski Brown, Isabel. “El proceso de transculturación en La biografía de sombra Castañeda”, en Valerio-Holguín, Fernando. Arqueología de las sombras. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2000: 247-262.

Filed Under: Artists

Rene Fortunato

April 17, 2019 By dillon Leave a Comment

RENÉ FORTUNATO

LA FILMOGRAFÍA DOCUMENTAL DOMINICANA

ETZEL BÁEZ

 

 

 

CINE DOCUMENTAL DOMINICANO SOBRE LA HISTORIA RECIENTE DE REPÚBLICA DOMINICANA

Por Etzel Báez

René Fortunato es uno de los artífices paradigmáticos del cine documental dominicano, donde su obra se destaca como reflejo de hechos históricos relevantes: la guerra civil del 1965, la dictadura de Trujillo y los gobiernos de Joaquín Balaguer. Con su arte logra seducir al público. Manipula el montaje y la banda sonora dentro de un contexto narrativo cinematográfico digno de admiración.

Ver uno de sus documentales es un placer y una experiencia mucho más enriquecedora que la proporcionada por el cine ficcional que llega a nuestras salas de cine. Su más reciente obra, “La Violencia del Poder”, además de apuntar hacia la utilización del recurso digital como algo más que un juguete barato, se traslada hacia el tipo de filme autoral y sensacional contando su verdad histórica y combatiendo nuestro vouyerismo político, ese placer morboso que produce el ansia de ver lo grotesco y que domina la expresión artístico cultural de la media cinematográfica y televisiva.

AHORA presenta esta entrevista exclusiva despojada de condescendencia con el entrevistado.

[A]HORA. ¿”La Violencia del Poder” es tu documental más ambicioso hasta ahora?

René Fortunato. Si tomamos en cuenta la enorme cantidad de trabajo, materiales, documentos y fílmicas utilizados podríamos decir que sí, que éste es mi documental más ambicioso.

[A]. ¿Qué fue lo primero que aprendiste de historia dominicana en la escuela?

RF. Lo que aprendían todos los niños que fuimos a la escuela en los años sesenta:

El descubrimiento de América, la independencia nacional, la restauración y uno que otro tema vinculado a éstos.

CULTURA DEL MIEDO

[A]. ¿Piensas que hay una cultura del miedo y para el miedo?

RF. Durante los doce años se vivió bajo una cultura del miedo y para el miedo, pero creo que ya eso ha ido desapareciendo de la sociedad dominicana. “La Violencia del Poder”, mi nuevo documental, es una muestra elocuente de que esa cultura del miedo ha quedado atrás.

[A]. ¿Cómo ves la política ejercida por los partidos que fueron oposición en los doce años?

RF. La actividad político partidista en nuestro país cada vez esta más desprestigiada. Es una pena que partidos que fueron opositores al régimen de Balaguer en la actualidad ejerzan una práctica política que parece una imitación de lo peor del balaguerismo.

[A]. ¿Hay algo diferente en el DNA político del pueblo dominicano de hoy con el que reflejas en tu documental?

RF. El pueblo dominicano que se refleja en mis documentales tiene un fuerte sentimiento patriótico, solidario y digno. El pueblo dominicano de hoy está muy influido por los partidos políticos y éstos se han convertido en empresas donde se negocia de todo, desde los puestos electivos hasta los principios. El dinero es el gran señor y el afán de lucro, el dinero fácil y rápido parece ser lo que predomina en gran parte de nuestra sociedad.

[A]. ¿Tú nunca has ido a prisión o te han matado un familiar por causas políticas?

RF. Nunca he estado en prisión por causas políticas, ni tampoco han matado por las mismas causas a pariente alguno. Por lo general, cuando me hacen esta pregunta, suelo decir que no es necesario ser víctima de las injusticias para indignarse ante ellas.

[A]. ¿Sientes que estás fregando la conciencia con tu trabajo a los ya convertidos o simplemente quieres molestar a los criminales del poder?

RF. Mi trabajo no está concebido para molestar a nadie. Mis largometrajes tienen un fuerte cuestionamiento del poder y sus recursos represivos. Al mostrar personajes con sus nombres lo que hago es un referente a la actualidad y además les doy la oportunidad a los protagonistas que todavía viven de que den su versión de los hechos donde aparecen.

[A]. ¿Qué significa usar el cine como instrumento de cambio social? Tú pareces creer píamente en eso…

RF. A propósito de esa pregunta, en el día de hoy (12-6-03) acabo de leer unas declaraciones en la prensa, que yo suscribo, del respetado, elogiado y admirado director de cine griego Costa Gavras, en la cual decía: “Ese es el papel del arte. El arte debe hacer reír, llorar y, en el mejor de los casos, pensar.” Pregúntale a las personas que han visto mi documental “La Violencia del Poder” si no han reído, llorado y pensado mientras veían este documental.

[A]. ¿Tienes algún tipo de resistencia por temor a las críticas?

RF. Cuando uno asume una labor que debe ser expuesta al público debes estar preparado para los elogios y los reproches. Yo estoy preparado para eso. Gracias a Dios la mayoría de las críticas que se han escrito sobre mis documentales, tanto aquí como en el extranjero, han sido en términos elogiosos. No me puedo quejar.

[A]. El éxito de tus documentales puede reflejar que la gente que los consume no aprueba lo que está ocurriendo. ¿Cómo lo explicas?

RF. No, es todo lo contrario al planteamiento de tu pregunta. El éxito de mis documentales reside precisamente en la aceptación de la gente, en el respaldo de la gente. Si existiese un rechazo o una desaprobación de lo tratado en mis documentales no tuvieran tanto éxito de ventas, no estarían vigentes en el mercado por más de quince años.

OMISIONES O MENTIRAS

[A]. Lo que hay de equivocado en la historia dominicana es lo que está ausente en nuestro pasado. La omisión es, en parte, culpa de los historiadores que se dejan guiar por intereses políticos, pero también es culpa de la sociedad. ¿Se omite o se miente? Tú crees más en olvido y creo que eres condescendiente con la sociedad.

RF. Es posible que los culpables de omisiones y mentiras en nuestra historia sean los historiadores, pero yo no tengo datos para afirmar eso categóricamente. Por lo general las omisiones y silencios se dan por intereses políticos y/o económicos y hasta familiares. La sociedad suele tener líderes y dirigentes que son el reflejo de ella, a través del accionar de estas personas que se muestra en mis documentales podemos tener una idea de la sociedad donde ellos actúan. No creo que mis trabajos sean condescendientes con la sociedad.

[A]. Lo que yo critico en tus documentales es que no quieres alcanzar el significado de los hechos, veo que procuras mayor sensacionalismo amplificando esos hechos ante la audiencia. Tal como lo hace el cine norteamericano. Usas la prensa como tu fuente de trabajo, sin embargo no interrogas el documento. No hay una crítica objetiva ni una crítica de las subjetividades contenidas en ese documento. ¿Es posible llegar a una verdad histórica con tus trabajos?

RF. El concepto que yo manejo del documental no implica, necesariamente, el análisis ni el cuestionamiento de subjetividades, ni el cuestionamiento de documentos. Todo ese proceso es parte de la investigación bibliográfica que yo suelo hacer antes de meterme en la sala de edición, donde sale el producto final que llegará al publico. Debemos tener cuidado de no confundir un ensayo periodístico con un documental cinematográfico con estructura dramática pensada para las salas de cine y no para un salón de conferencias. Mis documentales no están hechos con la pretensión de llegar a la verdad histórica, la verdad histórica no existe. Existen aproximaciones a la verdad, así como existen interpretaciones de los hechos. En mis documentales se muestran los acontecimientos y se aportan datos que puedan estimular al público a que busque su verdad.

——————————————————————————–

[Una voz punzante]

A nuestro modo de ver, es obvio el efecto de expectación de su discurso cinematográfico: acaba con la mansedumbre ante el poder y digita en la memoria la posibilidad de subvertirlo. Su obra no es grito plañidero, es sí una punzante voz que clama por justicia.

Con los años se ha convertido en un profético documentalista que denuncia personalidades sometidas masoquistamente al poder. Es implacable con su dedo acusador que narigonea a los cómplices del crimen enquistados en los poderes constitucionales.

Fortunato revela un excelente dominio fruto de una laboriosa ingeniería de contacto. Está claro que mientras perseguía un dato o una imagen, en su cabeza burbujeaban sus lecturas de historia, política, cultura popular, etc. Sólo basta visualizar “La Violencia del Poder” para constatar el poder de comunicación que su obra evidencia para testimoniar la amplia y madura comprensión del material histórico con que lidió.

Este documental no se limita a pintar cómo fueron los aciagos años de gobierno balaguerista, profetiza cómo serán los próximos que nos esperan, donde los asesinatos serán de conciencia. ¿o es que llegó ese tiempo, y por eso su cruzada contra el olvido o la inconciencia?

La fecha de estreno del documental “La Violencia del Poder” es el jueves 17 de julio en cuatro salas de cine: Palacio del Cine –27 de Febrero y Avenida Venezuela-, Caribbean Cinema, en Diamond Mall, y en Santiago: Cinemacentro del Cibao, en la Plaza Internacional

——————————————————————————–

RENÉ FORTUNATO

Nació en Santo Domingo tres años antes del ajusticiamiento de Trujillo. En 1988 realizó el largometraje documental ABRIL: La Trinchera del Honor, sobre la guerra de abril de 1965 y la intervención militar norteamericana de ese mismo año, el cual se estrenó en cuatro salas de cine de la ciudad obteniendo un extraordinario respaldo de público y crítica. Este primer largometraje documental dominicano y uno de los pocos en la región del Caribe, estuvo entre los dos mejores documentales presentados en el 10mo. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, celebrado en La Habana, Cuba en diciembre de 1988 (ver El Nacional 1/1/89 – S.G. pag. 17).

En enero de 1989 los organizadores del Premio Casandra ’88 le entregaron una placa de reconocimiento por el éxito nacional e internacional obtenido con su largometraje documental: ABRIL: La Trinchera del Honor. En 1990 obtuvo el premio ‘pitirre’ al mejor documental de la región del Caribe, en el II Festival Internacional de Cine San Juan, celebrado en Puerto Rico en noviembre de ese año.

En Septiembre de 1991, René Fortunato presentó el largometraje documental EL PODER DEL JEFE – primera parte- sobre los antecedentes de la dictadura y los primeros años de gobierno de trujillo -1916/1937-, el cual fue elogiado entusiastamente por la crítica y el público.

En octubre de 1994 estrenó EL PODER DEL JEFE II, el cual obtuvo el premio LASA FILMS AWARDS ’95, otorgado por la Asociación de Estudios Latinoamericanos de los Estados Unidos -Latin American Studies Association -LASA-, como uno de los mejores documentales presentados en el XIX Congreso Internacional de LASA, celebrado en septiembre de 1995 en Washington, D.C.

En mayo de 1991 coordinó la producción en Santo Domingo del capítulo #4 de la serie AMERICAS titulado Mirrors of the Heart, para la estación WGBH de Boston, transmitida varias veces por la cadena estadounidense PBS -Public Broadcasting System – y la BBC de Londres, entre otras.

En diciembre de 1991 participó como jurado en el XXXIII Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao, España, considerado como uno de los mejores Festivales de cine del mundo en su género. En diciembre de 1992 formó parte del Jurado en el IV Festival de Cine Internacional y del caribe – San Juan Cinemafest-, celebrado en San Juan, Puerto Rico.

Fortunato realizó estudios de Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- (1982/85), paralelo a sus estudios trabajó en diversos aspectos de la producción de televisión en los principales canales de T.V. de Santo Domingo. De 1978 al 1987 publicó numerosos artículos sobre cine y T.V. en los principales periódicos y suplementos culturales dominicanos. Durante 1987 escribió la crítica de cine del periódico Ultima Hora. Debutó como realizador en julio de 1985, cuando presentó el documental Tras las Huellas de Palau, sobre la vida y obra de Francisco Arturo Palau, primer cineasta dominicano. En agosto de 1987, estrenó el documental Frank Almánzar, Imágenes de un Artista, para luego realizar en 1990 el musical Caribe -Premio del Público en la XVII Bienal de Artes Visuales-. EL PODER DEL JEFE III -El Final de la Dictadura-, se constituye en su sexto documental y en su cuarto largometraje documental.

En 1998 realizó el largometraje documental “Balaguer: La Herencia del Tirano”, siendo este su más reciente producción.

 

René Fortunato nació en Santo Domingo tres años antes del ajusticiamiento de Trujillo.
Se inició en las actividades cinematográficas en 1974, participando activamente en los grupos de aficionados a la realización cinematográfica que existían en nuestro país en ese momento.

En 1977 comienza a trabajar profesionalmente en el cine como Encargado del Departamento de Sonido de Productora Fílmica Dominicana, donde
realiza musicalización y banda sonora de numerosos documentales y comerciales, además del Noticiario Cinematográfico “Panorama Dominicano”.

A partir de 1979 trabaja en diferentes aspectos de la producción de televisión en los principales canales de televisión del país: Teleantillas, Color Visión, Rahintel y RTVD. Fue Encargado de Programación de la Cinemateca Nacional y ejerció, por breve tiempo, la crítica de cine en los periódicos vespertinos “Ultima Hora” y “La Noticia”.

Desde 1977 ha publicado artículos sobre cine en los periódicos Listín Diario, El Caribe, La Noticia y Ultima Hora.

Realizó estudios de Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- (1982/86). En 1987 participó, durante seis meses, en un taller especializado en “Dramaturgia y Guión Cinematográfico”, con el guionista mexicano Juan Tovar, en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, en La Habana, Cuba.
Fortunato es, sin lugar a dudas, uno de los más relevantes realizadores cinematográficos dominicanos de los últimos tiempos.
Debutó como realizador en agosto de 1986, con el documental “Tras las huellas de Palau” y en 1988 alcanza notoriedad nacional e internacional gracias al éxito de su largometraje documental “Abril, La Trinchera del Honor”.

Rene Fortunato ha realizado y exhibido en las salas de cine del país, con notable éxito de público y crítica, los siguientes largometrajes documentales:

• 1988 : ABRIL : La Trinchera del Honor.
• 1991 : TRUJILLO : El poder del Jefe .
• 1994 : TRUJILLO : El Poder del Jefe II.
• 1996 : TRUJILLO : El Poder del Jefe III.
• 1998 : BALAGUER: La Herencia del Tirano.
• 2003 : BALAGUER: La Violencia del Poder.

Otros trabajos suyos son el cortometraje documental “Frank Almánzar: Imágenes de un artista”, presentado en 1987 y el musical “Caribe”, presentado fuera de concurso en la XIX Bienal de Artes Visuales Santo Domingo, 1990.
Ha recibido, en reconocimiento por su trabajo, múltiples premios y distinciones, entre los que se destacan:

• Premio Pitirre al Mejor Documental de la región del Caribe, en el II Festival Internacional de Cine de San Juan, Puerto Rico, por su documental “ABRIL, La trinchera del honor”, en octubre de 1990.

LASA FILM AWARDS, otorgado por The Latin America Studies Association -LASA- de los Estados Unidos, en septiembre de 1995, por su documental “El Poder del Jefe II”, considerándolo como uno de los mejores documentales realizados en América Latina.

• Reconocimiento Especial Feria Internacional del Libro Sto. Dgo. ’99, por su labor de rescate y difusión de la memoria histórica de la nación dominicana.

• Mención Honorífica en el Festival Iberoamericano de Video Documental Independiente -“Contra el silencio todas las voces”-, por su documental “ABRIL, La trinchera del honor”, celebrado en ciudad México en junio del año 2000.

• Premio a La Excelencia Profesional, otorgado por el Poder Ejecutivo de la Republica Dominicana, en julio del 2000, por sus aportes al desarrollo de la
cultura dominicana.

• Premio Internacional Lumiere, otorgado por la Unión Nacional de Productores y Autores de Cine de Italia, en noviembre del 2001, por sus aportes a la cinematografía dominicana a través del género documental.

 

La leyenda de la Virgen de la Altagracia” (1923)
Francisco Palau

Las emboscadas de Cupido” (1924)
Francisco Palau

La Silla (1963)
Franklin Domínguez

El Esfuerzo de un pueblo (1967)
Max Pou Eduardo Palmer

Nuestra historia (1967)
Max Pou Eduardo Palmer

Serpiente de la luna de los piratas, La (1973)
Jean Luis Jorge
…aka Serpents of the Pirate Moon (1973)

Clan de los inmorales, El (1975)
José Gutierrez Maesso
…aka Mission : To Kill (1975)
…aka Orden de matar (1975) ( Spain : alternative title)
…aka Order to Assassinate (1975) ( USA )
…aka Order to Kill (1975)
…aka Ordine di uccidere (1975) ( Italy : alternative title)
…aka Testa del serpente, La (1975) ( Italy )

Pantaleón y las visitadoras (1975)
José Ma. Gutiérrez Santos y Mario Vargas Llosa

Melodrama (1976)
Jean Luis Jorge

El niño y la noche (1977)
Adelso Cass

Orgasmo nero (1980)
Joe D’Amato
…aka Black Orgasm (1980)
…aka Orgasmo negro (1980)
…aka Voodoo Baby (1980)

Guaguasi (1983)
Jorge Ulla

Pasaje de Ida, Un (1988)
Agliberto Melendez
…aka One-Way Ticket, A (1988)

Abril: La trinchera del honor (1988)
René Fortunato

Trujillo: El poder del jefe (1991)
René Fortunato

Trujillo: El poder del jefe II (1994)
René Fortunato

Nueba Yol (1995)
Angel Múñiz
…aka Nueba Yol: Por fin llegó Balbuena (1995) ( Dominican Republic )
…aka Por fin llego Balbuena (1995)

Trujillo: El poder del jefe III (1996)
René Fortunato

Four Men and a Coffin (1996)
Pericles Mejía

Azúcar amarga (1996)
León Ichaso

Para Vivir o Morir (1996)

Nueba Yol 3: Bajo la nueva ley (1997)
Angel Múñiz

Buscando un sueño (1997)
Joseph Medina
…aka In Search of a Dream (1997) ( USA )

Balaguer: La herencia del tirano (1998)
René Fortunato

Pasaporte rojo (2003)
Albert Xavier
…aka Red Passport (2003) ( USA )

Perico ripiao (2003)
Angel Múñiz

Exito Por Intercambio (2003)

Quarter to Ten (2004)
Albert Xavier

Ruta, La (2004)
David Cavada Oruña

Negocios son negocios (2004)
Jorge de Bernardi

Cristiano de la Secreta (2004)
José García

Cárcel de La Victoria: El cuarto hombre, La (2004)
José Enrique Pintor

Different Man, A (2004)
Albert Xavier

Where There Is No Water (2005)
Jonathan Muller

Secuestro (2005/I)
Juan Castilo

Juego de hombres (2005)
Angel Muñiz

Locos también piensan, Los (2005)
Humberto Castellanos

Maldición del padre Cardona, La (2005)
Félix Germán

Andrea (2005)
Rogert Bencosme

Un Macho de Mujer (2006)
Alfonoso Rodriguez

Codigo 666 (2006)
Elías Acosta

Lilís (2006)
Jimmy Sierra

Filed Under: Artists

Jose Alcantara Almanzar

April 17, 2019 By dillon Leave a Comment

FÁBULAS URBANAS

FERNANDO UREÑA RIB

JOSÉ ALCÁNTARA ALMÁNZAR

 

 

Un artista, cualquiera que sea su oficio, sabe que existen vasos comunicantes entre las artes. Tal vez por eso resulte tan difícil dedicarse al ejercicio de una de ellas sin establecer al menos un vínculo con alguna otra, sin haya ese trasiego de dúctiles materiales que adoptan expresiones distintas según el hilo conductor que las transmita. En el Renacimiento, época de artistas ecuménicos, hallamos claramente ese nexo que une la poesía con la pintura y a ésta con la ciencia. Miguel Angel, por ejemplo, era poeta y escribió sonetos a Victoria Colonna. A su vez, Leonardo da Vinci tenia una visión del mundo poblada de intuiciones filosóficas.

Más cerca en el tiempo, encontramos escritores con una respetable obra en musicología, como el caso de Alejo Carpentier, autor de una historia de la música en Cuba y un delicioso libro de artículos que tituló Ese músico que llevo dentro. Afición parecida vemos en el novelista checo Milán Kundera, que posee brillantes ensayos acerca de la música, en especial la de su compatriota, el compositor Leos Janacek, y su Improvisación en homenaje a Stravinski”. También tenemos el caso, entre nosotros, poco común por cierto, de un magnífico pianista que, como Manuel Rueda, fue también un escritor excepcional que revolucionó nuestras letras.

El nombre de Fernando Ureña Rib representa, en la República, el ejemplo del artista universal, dotado de una curiosidad inagotable y de un versátil dominio de varias artes. Él se mueve plácidamente en el mundo de las líneas y colores de donde surgió, pero mantiene un constante diálogo con otras que le resultan indispensables y que enriquecen su quehacer intelectual. Exquisito dibujante y pintor, es también escultor, crítico literario, narrador, con una sólida formación adquirida bajo la guía de su maestro Jaime Colson, en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se graduó como profesor de dibujo en 1968, y luego en estudios realizados en España. Completó su formación con abundantes lecturas, de las que tenemos noticias en sus escritos, en los que a veces asoman un Benedetto Croce o un José Ortega y Gasset, y por supuesto, su figura tutelar, el inolvidable poeta Pedro Mir, con el que mantuvo un diálogo permanente hasta su muerte en el año 2000.

Estamos, pues, ante un pintor que se distingue, entre los de su generación, por su diestro manejo de varios lenguajes artísticos. Nacido en la Romana en 1951, ha tenido una trayectoria ascendente desde su primera exposición individual en 1973. Su pintura, de la es imprescindible decir algunos rasgos antes de pasar a su narrativa, se caracteriza por la belleza formal y el predominio de una serenidad entroncada en la tradición clásica, por el refinado erotismo y la espontánea sensualidad de sus desnudos, por el movimiento incesante de sus figuras femeninas y los juegos luminosos que dan a sus claroscuros ese sello tan personal que poseen, por su maravilloso cromatismo de esencias antillanas, por la magia, en fin, que se desprende de sus lienzos y que sin intermediarios ni explicaciones de ninguna índole, seducen al espectador desde el primer momento, debido a su carga onírica, la ternura de sus rostros suaves y la perfección anatómica de los cuerpos que pinta.

El mundo figurativo de Fernando Ureña Rib está emparentado con la gran pintura universal de todos los tiempos. Recuérdense sus mordaces rostros grotescos de los años ochenta, en los que prevalece un propósito desacralizador y burlón que remite al orbe esperpéntico de Goya, tan bien asimilado por Fernando Ureña Rib mientras estudiaba en España. No es difícil tampoco advertir en sus cuadros la rigurosa formación recibida en Santo Domingo, sus referencias al mundo colsoniano, así como al de otros maestros de la plástica nacional que como Ada Balcácer y Domingo Liz, entre otros, con consumados dibujantes y coloristas.

Fernando Ureña Rib presenta ahora una nueva faceta de su obra, el libro titulados Fábulas urbanas, en el que plasma una serie de imágenes en forma narrativa. El propio artista dice, en el pre-texto de su obra: “Intuyo entonces que el arte de escribir y el de pintar no son lejanos, quizá porque los dos tomen como punto de partida la riqueza y la fuerza de una imagen”. Esta confesión es clave para comprender el perfil narrativo del pintor, para quien “el arte es un elevado y complejo acto de creación que consiste en la comunicación de las imágenes que pueblan el mundo interior del artista.”

Uno se siente tentado a preguntarse de inmediato “Por qué ha escogido el término “fábulas”? Éstas, en la preceptiva literaria, son ficciones alegóricas de las cuales derivamos una enseñanza. ¿Quién no leyó, en sus años de estudiante, alguna de Esopo, cuya sencillez encierra siempre una aleccionadora moraleja? En las de Ureña Rib hay mucho de imaginación y de invención, pero se afincan en la realidad interior de su hacedor, que no busca dar lecciones si se queda en la simple anécdota, sino que invita al lector a descubrir lo que está oculto en las palabras.

Los treinta y dos relatos que integran la obra Fábulas urbanas son por lo general breves y están conectados entre sí por la figura del pintor, convertido en protagonista o en narrador-personaje que atraviesa las páginas del libro con mirada sorprendida, dejándose atraer por los detalles de su entorno, donde descubre las grandezas de la vida. La presencia frecuente de un personaje como Aura, simboliza la otredad buscada o deseada que completa su universo.” Aura, la muchacha que está esperándote en el umbral viene del otro lado de las montañas, tiene la piel del ébano y huele a lluvia y a café, ” leemos en el relato titulado “Trópico”.

La ciudad como personaje –Santo Domingo o Miami, poco importa- es un amasijo caótico tortuoso que desasosiega al autor, pero que esto no puede prescindir de él. La ciudad ejerce en Fernando un poder tan determinante como lo tuvo en Italo Calvino para quien “Las ciudades, como los sueños, están construidos de deseos y de miedos” o para Alejo Carpentier, eterno enamorado de La Habana; o la fatalidad que el poeta Constantino Cavafis atribuye a su Alejandría natal: “No encontrarás otro país ni otras playas,/llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad; / caminarás las mismas calles,/ envecerás en los mismos suburbios / encanecerás en las mismas casas,/ Siempre llegarás a esa ciudad; /no esperes otra, / no hay barco ni camino para ti./ Al arruinar tu vida en esta parte de la tierra, /la has destrozado en todo el universo”.

Fernando encuentra en la urbe un inmenso arsenal de situaciones y hechos para fabricar sus historias. Son relatos fluidos, concisos, bien contados, sensuales, plásticos en su concepción y desarrollo y en los que están presentes los cuerpos, los abrazos y el placer sensorial que experimentamos bajo la lluvia (“Celajes”).

Son narraciones falsamente cotidianas, con su toque de misterio y de caricias (“El Abrazo”) y las alusiones al desquiciamiento de la ciudad o al oficio de pintor (“Trópico”), “Vientos del Norte, Vientos del Sur”, “La vida es tan simple”). La ciudad es la cabeza de la hidra, donde las noticias locales, el café con leche, los balcones y el puerto, se mezclan con cierta absurdidad kafkiana o tienen un trasunto de alguna escena de Hitchcock, por el espanto que provocan las aves que sobrevuelan demasiado cerca del espectador (“La torre vigilada”).

Abundan las imágenes que revelan el oficio primigenio del autor: “El sol parecía una torta de maíz o una rojiza e inmensa yema de huevo” (“La porteña”); “los campos eran rojos de amapolas y al pie de las montañas el sol enrojecía el viejo caserón” (“La toscana”); “azul intenso (…) verde esmeralda o ambarino(…), gris tumultuoso” (“Adriana en su laberinto”); “Intenso azul (…) manchas blancas” (“Historia cíclica de la felicidad”). Pero hay también impresiones auditivas, táctiles u olfativas que redondean este mundo sensorial: “envuelto en los olores de la capital (…), nos castigaba un olor de cerveza derramada” (“El hombre de Otavalo”).

La recurrente imagen de la biblioteca, así como las numerosas referencias intertextuales, indican el diálogo continuo del autor con pensadores diversos. Las menciones se presentan como algo esencial y no como simples citas librescas o fuegos artificiales del saber. A veces Freud, Nietzsche o Lacan permiten reflexiones sobre el suicidio, el amor y la muerte, o el trazado de personajes complejos y atormentados (“La porteña”)

Sin embargo, estas situaciones, en apariencia lejanas y con sabor a otros países, no desdibujan el perfil antillano del autor ni disminuyen ese deslumbrante vigor de sus historias, esa especie de mirada sobre sí mismo y el oficio de pintar. Ahí están, palpitantes en su memoria el barco que “quedó varado en el puerto de Sánchez” el hombre “que tomó el tren a San Francisco y los recuerdos de Nagua, Pimentel, Cotuí, Castillos (“El hombre de Otavalo”); el hacinamiento de los tugurios de Villa Juana, el ruido de la Duarte con París, el Teatro Atenas y el Parque Enriquillo, auténticos emblemas de la parte alta de la ciudad (La bola de cristal): “La hora roja de la tarde”, Sabana Perdida, los haitianos (“El búfalo de Villa Mella”); la doméstica embrujada por la oferta de uso extranjeros que intentan conquistarla para trabajar como “camarera” en Francia, Italia, Grecia, Holanda, y ella acepta porque se da cuenta de que su destino ha cambiado (“La salamandra”).

El relato más extenso del libro, “La vindicación de Omar”, reúne características que oscilan entre el informe policíaco y la ficción, a la manera de Borges. El mito, la reelaboración de la historia y la reflexión filosófica convergen en una narración que revela la vena novelística del autor y su cuestionamiento de los supuestos consagrados por la Historia. Resulta sorprende la coincidencia de este relato, escrito antes del 11 de septiembre de 2001, con los hechos ocurridos en la ciudad de Nueva York aquel trágico día. El propio autor, sorprendido de su hallazgo, confiesa que ” En estos días se me hizo evidente que el arte y la literatura, como ejercicios puros de la imaginación, son asaltados por atisbos de premonición. Uno de mis textos más ambiciosos, La vindicación de Omar, No está libre de augurios:”

El informe de John García, mayor de una brigada de rescate de Nueva York, luego del arresto y posterior enjuiciamiento de Joachim S. Bennazar y Nathán Cirineo de Gaza en un parque de Brooklyn, la noche del 13 de diciembre, ´”bajo la acusación menor de inicar una hoguera ilegítima en áreas públicas” es un pretexto para indtroducir una larga reflexión sobre las mentiras de la Historia, el Islam, el fanatismo religioso, y un testimonio sobre el cataclismo social escenificado en las torres gemelasd de la capital del mundo: “Ahora eres tú mi juez, al pie de estas torres gemelas cuya destrucción ansío tanto como la mía”.

Igual que en Memorias de Adriano y Opus nigrum de Marguerite Yourcenar, o más recientemente el Manuscrito carmesí de Antonio Gala, novelas extraordinarias en las que ambos escritores cuentan, con palabras nuevas, las grandezas y miserias del pasado, nos enfrentamos, en Fábulas Urbanas – guardando las distancias de lugar- con un severo juicio de la Historia y los tortuosos laberintos del poder político. “La historia siempre es falsa” y “el hombre político es siempre un actor” leemos en las páginas de este relato apasionante. La “cruel economía de la guerra” alimentada con sutiles falacias, nos aplasta. La religión “El arma más peligrosa de la historia” , es la causante de numerosos desastres. Poder y sumisión basada en el miedo son palabras que resumen el curso de la historia a través de los siglos. Por último, la revelación que que la muerte “te llegará en una gran ciudad, el último día del penúltimo siglo, pero no la verás. Una enorme explosión y un ruido de voces y de luces ahogarán tu último suspiro.”

En este relato Ureña Rib reelabora, en términos literarios, las consecuencias de la ceguera religiosa y política y el horror de la guerra, asuntos que han dominado a la humanidad desde la Antigüedad hasta nuestros días. La explosión final es una metáfora de irracionalidad más absurda, por encima de todas las contribuciones del conocimiento, los aportes de la ciencia y la belleza de la poesía. De ese modo, el autor nos conduce, por pasadizos inextricables, al encuentro con la escandalosa realidad del mundo contemporáneo.

Antes de concluir, permítanme expresar mi gratitud al pintor y expresar mi gratitud al pintor y escritor y amigo. Hace casi veinte años, Fernando ilustró generosamente Las máscaras de la seducción, libro hoy agotado, como casi todos los míos. Era una colección de cuentos cuya irreverencia captó muy bien el artista en sus dibujos a plumilla. Por ello le quedé siempre agradecido, pero no había podido reciprocarle el gesto. Hace sólo unas semanas, Fernando cedió la diapositiva de un cuadro suyo, “El perdón”, para el libro de Ida titulado El Amor todos los días, que acaba de salir. Estoy , pues, más que contento de ser un orgullos padrino de la obra que hoy ponemos en circulación y de servir de enlace entre ésta y el público, a través de estos breves comentarios.

La lectura de Fábulas urbanas , de Fernando Ureña Rib, depara al lector momentos de verdadero placer estético, al mismo tiempo que le pondrá en contacto con el mundo interior del artista, cuya riqueza es sólo comparable con la de su universo pictórico . Recibamos, pues, esta obra con los brazos abiertos, confiados en la maestría del autor para manejar imágenes entrañables que redescurbren un mundo conocido.

Abundan las imágenes que revelan el oficio primigenio del autor: “El sol parecía una torta de maíz o una rojiza e inmensa yema de huevo” (“La porteña”); “los campos eran rojos de amapolas y al pie de las montañas el sol enrojecía el viejo caserón” (“La toscana”); “azul intenso (…) verde esmeralda o ambarino(…), gris tumultuoso” (“Adriana en su laberinto”); “Intenso azul (…) manchas blancas” (“Historia cíclica de la felicidad”). Pero hay también impresiones auditivas, táctiles u olfativas que redondean este mundo sensorial: “envuelto en los olores de la capital (…), nos castigaba un olor de cerveza derramada” (“El hombre de Otavalo”).

La recurrente imagen de la biblioteca, así como las numerosas referencias intertextuales, indican el diálogo continuo del autor con pensadores diversos. Las menciones se presentan como algo esencial y no como simples citas librescas o fuegos artificiales del saber. A veces Freud, Nietzsche o Lacan permiten reflexiones sobre el suicidio, el amor y la muerte, o el trazado de personajes complejos y atormentados (“La porteña”)

Sin embargo, estas situaciones, en apariencia lejanas y con sabor a otros países, no desdibujan el perfil antillano del autor ni disminuyen ese deslumbrante vigor de sus historias, esa especie de mirada sobre sí mismo y el oficio de pintar. Ahí están, palpitantes en su memoria el barco que “quedó varado en el puerto de Sánchez” el hombre “que tomó el tren a San Francisco y los recuerdos de Nagua, Pimentel, Cotuí, Castillos (“El hombre de Otavalo”); el hacinamiento de los tugurios de Villa Juana, el ruido de la Duarte con París, el Teatro Atenas y el Parque Enriquillo, auténticos emblemas de la parte alta de la ciudad (La bola de cristal): “La hora roja de la tarde”, Sabana Perdida, los haitianos (“El búfalo de Villa Mella”); la doméstica embrujada por la oferta de uso extranjeros que intentan conquistarla para trabajar como “camarera” en Francia, Italia, Grecia, Holanda, y ella acepta porque se da cuenta de que su destino ha cambiado (“La salamandra”).

El relato más extenso del libro, “La vindicación de Omar”, reúne características que oscilan entre el informe policíaco y la ficción, a la manera de Borges. El mito, la reelaboración de la historia y la reflexión filosófica convergen en una narración que revela la vena novelística del autor y su cuestionamiento de los supuestos consagrados por la Historia. Resulta sorprende la coincidencia de este relato, escrito antes del 11 de septiembre de 2001, con los hechos ocurridos en la ciudad de Nueva York aquel trágico día. El propio autor, sorprendido de su hallazgo, confiesa que ” En estos días se me hizo evidente que el arte y la literatura, como ejercicios puros de la imaginación, son asaltados por atisbos de premonición. Uno de mis textos más ambiciosos, La vindicación de Omar, No está libre de augurios:”

El informe de John García, mayor de una brigada de rescate de Nueva York, luego del arresto y posterior enjuiciamiento de Joachim S. Bennazar y Nathán Cirineo de Gaza en un parque de Brooklyn, la noche del 13 de diciembre, ´”bajo la acusación menor de iniciar una hoguera ilegítima en áreas públicas” es un pretexto para introducir una larga reflexión sobre las mentiras de la Historia, el Islam, el fanatismo religioso, y un testimonio sobre el cataclismo social escenificado en las torres gemelas  de la capital del mundo: “Ahora eres tú mi juez, al pie de estas torres gemelas cuya destrucción ansío tanto como la mía”.

Igual que en Memorias de Adriano y Opus nigrum de Marguerite Yourcenar, o más recientemente el Manuscrito carmesí de Antonio Gala, novelas extraordinarias en las que ambos escritores cuentan, con palabras nuevas, las grandezas y miserias del pasado, nos enfrentamos, en Fábulas Urbanas – guardando las distancias de lugar- con un severo juicio de la Historia y los tortuosos laberintos del poder político. “La historia siempre es falsa” y “el hombre político es siempre un actor” leemos en las páginas de este relato apasionante. La “cruel economía de la guerra” alimentada con sutiles falacias, nos aplasta. La religión “El arma más peligrosa de la historia” , es la causante de numerosos desastres. Poder y sumisión basada en el miedo son palabras que resumen el curso de la historia a través de los siglos. Por último, la revelación que que la muerte “te llegará en una gran ciudad, el último día del penúltimo siglo, pero no la verás. Una enorme explosión y un ruido de voces y de luces ahogarán tu último suspiro.”

En este relato Ureña Rib reelabora, en términos literarios, las consecuencias de la ceguera religiosa y política y el horror de la guerra, asuntos que han dominado a la humanidad desde la Antigüedad hasta nuestros días. La explosión final es una metáfora de irracionalidad más absurda, por encima de todas las contribuciones del conocimiento, los aportes de la ciencia y la belleza de la poesía. De ese modo, el autor nos conduce, por pasadizos inextricables, al encuentro con la escandalosa realidad del mundo contemporáneo.

Antes de concluir, permítanme expresar mi gratitud al pintor y expresar mi gratitud al pintor y escritor y amigo. Hace casi veinte años, Fernando ilustró generosamente Las máscaras de la seducción, libro hoy agotado, como casi todos los míos. Era una colección de cuentos cuya irreverencia captó muy bien el artista en sus dibujos a plumilla. Por ello le quedé siempre agradecido, pero no había podido reciprocarle el gesto. Hace sólo unas semanas, Fernando cedió la diapositiva de un cuadro suyo, “El perdón”, para el libro de Ida titulado El Amor todos los días, que acaba de salir. Estoy , pues, más que contento de ser un orgullos padrino de la obra que hoy ponemos en circulación y de servir de enlace entre ésta y el público, a través de estos breves comentarios.

La lectura de Fábulas urbanas , de Fernando Ureña Rib, depara al lector momentos de verdadero placer estético, al mismo tiempo que le pondrá en contacto con el mundo interior del artista, cuya riqueza es sólo comparable con la de su universo pictórico . Recibamos, pues, esta obra con los brazos abiertos, confiados en la maestría del autor para manejar imágenes entrañables que redescubren un mundo conocido.

Filed Under: Artists

Jose Cestero

April 17, 2019 By dillon Leave a Comment

HUMOR E IRONÍA EN LAS PINTURAS

JOSÉ CESTERO

Fernando Ureña Rib

 

OBRA DE JOSÉ CESTERO

 

CESTERO Y LAS ANDANZAS DEL QUIJOTE

 

 

EN LA VIII FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

 

 

 

Las andanzas del ingenioso hidalgo Don Quijote y de su escudero, Sancho Panza sirven de pretexto al hábil dibujante y  pintor dominicano, José Cestero,  para recrear las escenas prodigiosas del archifamoso manchego que retratara Cervantes desde hace ya cinco siglos.

 

 

Desde entonces, la fascinación que ha ejercido la figura del Quijote sobre artistas, poetas, filósofos y artesanos de toda latitud sólo es comparable a la abundancia de imágenes que deambulan por el mundo proclamando sus ansias de amor, felicidad y libertad. Quijote, decía Cervantes, “era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza” .

 

 

Las emociones del ser humano no cambian. Los juicios del Quijote abarcan casi todo el espectro humano de esas emociones, que serán siempre las mismas. José Cestero advierte el hecho y en su trazo traduce esas emociones. Ahí están los temores, el asombro, las palpitaciones jadeantes de Rocinante, la mirada aparentemente ligera y, sin embargo, filosófica de Sancho Panza.

 

 

La moralidad, esa insigne bandera de El Quijote, se alza contra vientos contrarios en estos lienzos con sobrada prominencia y la proclama la rectitud de la figura, la atenta lanza, la determinada dirección con que encamina sus pasos el cabalgante.

 

El óleo resbala de los pinceles de José Cestero con sinuosas precisiones y lo que es flaqueza se transforma en poder. El poder de la voluntad, el esfuerzo inquebrantable, el indomable espíritu, la brillantez del juicio ante lo absurdo. La picardía y el humor acre del Quijote también se dejan sentir en ese hombre que vivía sólo. Y ese aspecto de la soledad y de la búsqueda insoslayable del amor se marca en cada trazo con singular pasión.

 

La pintura de José Cestero es parte de un juego intencionalmente irónico en el que se vislumbra de inmediato la suspicacia y lo ridículo de un mundo en el que predomina la hipocresía y donde los valores han sido invertidos o pervertidos por las altas instancias del poder.

 

 

Todo lo mira este formidable creador bajo el escrutinio voraz de la ironía. Puede ser la ciudad, la religión, el Congreso Nacional o el arte mismo.

 

 

Los rostros, severos, compungidos o acuciosos, ocultan siempre un malestar o un desatino, transitan los linderos de la locura o del vértigo, se refugian en su propia podredumbre o en su propio miedo.  Pero José Cestero es un artista sutil, incisivo, diestro. Todo es cuestión de medida y en eso consiste precisamente su sapiencia pictórica.

 

 

La parodia visual (a lo Quevedo, a lo Cervantes, a lo Pierce)  y la pícara mirada de José Cestero recomponen de esta manera el mundo. Lo extravagante, lo  feroz y lo convulso se hace más digerible en sus imágenes que son siempre salpicadas de un humor acre o socarrón, que a veces se acerca a la caricatura. Es la suya, probablemente, la mejor representación visual del grave desenlace de la Comedia Humana.

 

 

FERNANDO UREÑA RIB

LAS ANDANZAS DEL QUIJOTE EN LA VISIÓN DE

JOSÉ CESTERO

 

Por José Saldaña

En el contexto de la VIII  Feria Internacional del Libro, el Museo de Arte Moderno, presenta la muestra de José Cestero Andanzas del Quijote. He tenido la oportunidad de conversar  con José Cestero y verle pintar muchas veces en su estudio. Me asombra la soltura de su mano, casi virtuosa, y ese vasto e insondable universo creativo, propio de los visionarios.

 

El tema es apropiado, porque aborda tanto la ficción como la realidad del artista y del mismo Miguel de Cervantes. Cestero se concentra en esos aspectos de ficción y realidad dándoles vida. Sus personajes son llevados a los más altos niveles de expresión plástica.

 

La exposición es ágil y fluida, de múltiples lecturas, racional, universal y regional. Cestero recrea en su imaginación muchos de los personajes de Miguel  de Cervantes, agregándoles un toque local, adaptando a nuestra imaginería aquella de Don Quijote. Cestero encuentra a través de una lectura cuidadosa y reflexiva del texto clásico, la explicación, la moraleja, y la enseñanza que abarca en casi toda su extensión los problemas actuales y apremiantes que experimenta la humanidad.

El artista se adentra de tal modo en la epopeya, en las inverosímiles historias que él mismo llega a convertirse en protagonista y personaje, trasladando su propia imagen a la del ingenioso hidalgo. Como lo diría Ciro Alegría, el mundo de Cesteros también es “ancho y ajeno”.  Ancho en su diversidad, en su pluralidad, en el sentido de que escapa al control de uno mismo y sin embargo, en el mundo interior, el artista es el amo y señor, capaz de crear en una isla su propio reino.  Así Cestero manifiesta un temperamento fuerte, determinado, como lo son sus pinceladas; a veces violentas, a veces trémulas,  firmes, seguras, sinuosas y luminosas como su pensamiento.

José Cestero, dentro de su maestría en el dibujo, aprovecha todo cuanto le refiere su memoria, y lo hace a su propio modo. Con ese sello particular retrata los hechos históricos, los personajes de la vida cotidiana y los paisajes del Santo Domingo colonial. El artista hace un re-descubrimiento de plazas, de las vetustas edificaciones, retomadas y llevadas con plasticidad a lo mítico de su encanto.

Y es esa memoria visual, conjuntamente con la depurada técnica y las experiencias propias de su oficio,  la que exalta las posibilidades expresivas de la imagen, y es esa memoria la que resurge y se hace poderosa aún tratándose de una historia tantas veces manejada por innumerables artistas.  Indudablemente Cesteros sabe lo que quiere y cómo ha de realizarlo para alcanzar la cima de su expresión.

Los personajes de Cestero, salen sin esfuerzo, con espontaneidad y confianza. Las leyes académicas de la plástica quedan regaladas a un segundo plano. El es libre pensador y creador y no se somete a cánones, regulaciones, cuadrículas ni métricas. José Cesteros es poseedor de una factura pictórica de gran unidad temática.  Al contemplar su obra se percibe que José Cesteros tiene una trayectoria artística de muchos años y que en cada exposición se manifiestan dos siglos de calidad pictórica. Incomprendido por algunos y elogiado por otros, la obra de José Cesteros se establece como la de un creador incansable, y  al igual que el Quijote, generoso y desprendido, pero de gran valor pictórico.

Cestero tiene la habilidad de sorprendernos. Sus temas son siempre sugerentes y estimulan la imaginación del público. Los valores sociales y morales de su obra apuntan siempre a una crítica sagaz de su propio entorno.  Se trata de un pintor ducho, diestro, que siente y vive los cambios sociales que hemos tenido en las últimas décadas.

 

José Cestero desarrolla su obra figurativa de manera casi autobiográfica. En su ejecución del retrato, él concentra su atención sobre personajes destacados, artistas, escritores, músicos, hombres de negocios y figuras eclesiásticas, a las cuales él estudia en su dimensión sicológica más profunda, y luego los proyecta visualmente en sus lienzos con admirable realismo crítico.

Cestero refresca nuestra visión del Quijote. Porque las diferentes  escenas  de las andanzas de Don Quijote y Sancho se confunden con las vivencias personales del artistas, incorporando paisajes urbanos y lugares históricos de nuestro país. Porque las andanzas del Quijote no se detienen en la Mancha, ni en Castilla, ni atravesando el Mediterráneo, en Tetuán.  El Quijote de Cestero es el nuestro. El que anduvo estas tierras abrasadas por el sol y el salitre, densas en su selvática virginidad.

Aplaudimos la contribución de José Cestero al  introducir en nuestro medio su nuevo proceso pictórico, en sus múltiples manifestaciones universales, políticas, sociales y literarias.  La exploración  del paisaje verde sensual y la constante presencia de dos mares y dos tierras. Los admiradores de estos lienzos un día dirán: Don Quijote no sólo camino las tierras de la Mancha, sino las de ¡América!

 

La pintura de José Cestero es parte de un juego intencionalmente irónico en el que se vislumbra de inmediato la suspicacia y lo ridículo de un mundo en el que predomina la hipocresía y donde los valores han sido invertidos o pervertidos por las altas instancias del poder.

Todo lo mira este formidable creador bajo el escrutinio voraz de la ironía. Puede ser la ciudad, la religión, el Congreso Nacional o el arte mismo.

Los rostros, severos, compungidos o acuciosos, ocultan siempre un malestar o un desatino, transitan los linderos de la locura o del vértigo, se refugian en su propia podredumbre o en su propio miedo.  Pero José Cestero es un artista sutil, incisivo, diestro. Todo es cuestión de medida y en eso consiste precisamente su sapiencia pictórica.

La parodia visual (a lo Quevedo, o a lo Pierce)  y la pícara mirada de José Cestero recomponen de esta manera el mundo. Lo extravagante, loferoz y lo convulso se hace más digerible en sus imágenes que son siempre salpicadas de un humor acre o socarrón, que a veces se acerca a la caricatura. Es la suya, probablemente, la mejor representación visual del grave desenlace de la Comedia Humana.

FERNANDO UREÑA RIB

Filed Under: Artists

  • « Go to Previous Page
  • Page 1
  • Interim pages omitted …
  • Page 11
  • Page 12
  • Page 13
  • Page 14
  • Page 15
  • Interim pages omitted …
  • Page 37
  • Go to Next Page »

Primary Sidebar

Latin Art Museum
Cold Brew Addict. Artist.
Lover Of All Things Cars. Digital Nomad.
Aspiring Photographer, Coder and Health Nut.
FacebookGoogleInstagramTwitter

Email Newsletter

Sign up to receive email updates and hear what's going on with our company!

Recent Posts

  • The Art of Concrete Construction – Techniques & Process
  • 10 Reasons to Bring Art into Your Home
  • 5 Amazing Features Of Virtual Reality (VR) And Augmented Reality (AR) In The Arts
  • The Art of Displaying and Caring for Your Artwork
  • Why Your Family Portrait Is More Than Just a Picture

Copyright of LatinArtMuseum.com © 2025